La palabra “vocación” tiene un origen religioso en su definición tradicional, como una especie de llamado divino. Algo que llega en un determinado momento, como una revelación que se pronuncia y se acepta. Entre las definiciones de la Real Academia Española se encuentran: “inspiración con que Dios llama a algún estado”, “advocación”, “llamamiento, convocación”, etc.
No obstante, desde la concepción, estamos inmersos en un contexto determinado, en una cultura particular y en un ambiente familiar que tiene un gran impacto en nuestra vocación o elección de futuro.

La vocación no se puede crear con estímulos que provienen del exterior, ya que en ese caso sólo con incentivar a un niño a hacer una determinada actividad podríamos estar moldeando su proyecto de vida.
Con la vocación no se nace, la misma se construye desde el interior de cada persona que vive en un determinado contexto familiar y sociocultural. Es una construcción desde el interior de uno mismo, y todo lo exterior (contexto social y cultural, entorno familiar, etc.) ayudan o dificultan, y hasta obstaculizan por completo, el desarrollo de esta.
La vocación antes que ser una revelación o una construcción definitiva será una búsqueda constante y abierta.
No se define de una sola vez. La vocación, ese “llamado interior”, es un estar siendo: como proceso abierto, indefinido, de elecciones cotidianas. En este sentido, se trata de una construcción que comienza en la adolescencia o juventud, y se sigue construyendo a lo largo de los años.
¿Cómo podemos acompañar desde el Coaching Vocacional?
El autoconocimiento, la mirada hacia adentro y la determinación de los propios deseos e intereses son la clave para la decisión de la vocación; y aquí el coaching vocacional tiene mucho para aportar.
El coaching vocacional se trata de un proceso de acompañamiento para que una persona; por lo general adolescentes y jóvenes que egresan de sus estudios secundarios, arriben a la decisión personal de qué carrera u oficio estudiar. En el proceso vocacional se ponen en juego muchos factores, de diferente índole, tanto para los adolescentes como para sus padres y su entorno familiar. Además, intervienen factores sociales y culturales que invitamos a desafiar a lo largo del proceso.
Desde el coaching es posible acompañar al adolescente en la búsqueda activa de posibilidades y de acciones que lo motiven a caminar hacia el encuentro con su propia vocación; haciendo foco en lo más importante del proceso, aunque no lo único, que es la determinación de sus propios intereses y deseos.
La actitud de escucha activa posibilita que el adolescente pueda desplegar sus dudas, miedos, ansiedades, fantasías y expectativas respecto a lo que se viene.

El coaching vocacional ofrece un encuadre, con técnicas específicas, para caminar hacia el descubrimiento de la vocación y la definición de qué estudiar. Por medio de lo que en el coaching ontológico llamamos “distinciones” es posible invitar a la reflexión y al desafío de los aspectos más relevantes del proceso vocacional, poniendo la lupa en la determinación de los intereses y deseos personales; cuestión clave para una decisión exitosa.
Despegar los propios intereses de las opiniones de los demás, de los mitos o creencias que se instalan en la sociedad en la que estamos inmersos sobre la elección de tal o cual universidad o instituto, carrera u oficio, las preocupaciones por el futuro económico, la búsqueda de la “independencia” de los padres; es necesario para una elección con éxito. Distinguir para elegir.
La vocación es, entonces, una construcción, no un llamado que hay que acatar o cumplir; no se nace con ella, aunque puede ser descubierta en edades más tempranas.
¿Desde dónde se realiza la elección?
¿Comienza desde el hacer para tener, desde el tener para ser o desde el ser para tener?, ¿a partir de los juicios de otras personas o desde los míos?, ¿o desde la aceptación de las opiniones de los demás o desafiando mis creencias?, ¿desde el compromiso en un supuesto futuro económico seguro o desde esa pasión que siento en el cuerpo?
Desde el coaching vocacional se abre el espacio para desafiar desde dónde se realizan las elecciones del proyecto de vida. La declaración de la visión, de ese gran qué, que nos impulse con compromiso; a vivir eso que declaro con toda la emoción en el cuerpo, es probable que no sea un proceso sencillo y simple; aunque sí, es el camino indicado para elegir lo que uno quiere estar siendo.
Sin condiciones, desafiando creencias limitantes, poniendo a prueba juicios y opiniones, saliendo de la zona de comodidad y viviendo el recorrido con placer. El descubrimiento de la pasión es una búsqueda que necesita trascender el miedo a lo desconocido o la incertidumbre ante una nueva etapa de la vida.
Para concluir…
Quiero compartir una frase de Steve Jobs en un discurso en la Universidad de Stanford: “El trabajo va a llenar gran parte de nuestra vida, y la única forma de estar realmente satisfecho es hacer lo que consideras un trabajo genial. Y la única forma de tener un trabajo genial es amando lo que haces. Si aún no lo encuentras, sigue buscando. No te conformes. Como en todo lo que tiene que ver con el corazón, lo sabrán cuando lo hayan encontrado”.
El coaching vocacional tiende un puente para acompañar a descubrir lo que realmente apasiona, eso que se siente como mariposas en el estómago; que una vez que se distingue puede habitarse.
Acompañar al encuentro de la vocación es un desafío apasionante.
Autora:
Luz Hamue Coach ACC

This site certainly has all of the information and facts I needed
concerning this subject and didn’t know who to ask.
¡Muchas gracias por comentar!