¿Quieres dar los primeros pasos en el manejo y comprensión de la voz?
En este artículo encontrarás interesantes pautas y novedosas recomendaciones sobre el uso de la voz como herramienta de comunicación efectiva.
¡Me alegra mucho oír tu voz!
¡Cuánto daría por volver a oír su voz!
Estas son frases que decimos o pensamos más a menudo de lo que te imaginas, y te puedo asegurar que no son solo una convención o un cliché.
Alguna vez te has puesto a pensar, ¿cuál es el valor de una voz amada o familiar?
Si no lo logras estimar, piensa en cada vez que la voz de una madre calma a un pequeño que no para de llorar.
Explora en tu propia vida cuántas veces has querido oír esa voz amiga cuando te encuentras atravesando duros desafíos. O cuánto extrañas la voz de ese ser amado que ha partido de tu vida e incluso de este plano.
Oír un mensaje de voz en el celular de una persona amada es una grata sorpresa, y hasta te puede hacer derramar lágrimas de emoción; y por el contrario un mensaje lleno de gritos, insultos y ofensas puede arruinarte el día por completo.

Pero ¿por qué la voz es un elemento tan poderoso?
Bueno, yo empezaría diciendo que, como alguna vez lo expresó el poeta norteamericano Henry Wadsworth Longfellow, es porque la voz humana es el órgano del alma, porque el alma se revela a través del sonido de la voz.
La voz no puede ser tocada en sí misma, no es visible al ojo humano, la voz es una acción, es un agente dinámico que está vivo.
Y si entramos un poco más al campo científico, podemos decir que la voz como tal es una capacidad del ser humano, que según diversos estudios, tanto en el campo de la psicología, las neurociencias y otras ramas relacionadas, es capaz de transmitir emociones y generar empatía.
La voz de una persona incluso forma parte de la primera impresión que nos formamos sobre ella y del grado de confianza que nos despierta.
¿Has escuchado decir: no es lo que se dice, sino cómo se dice?
El punto es que, la voz es una señal social que transmite más allá de las palabras que salgan de nuestra boca, por ese motivo, junto al lenguaje corporal, son elementos clave para lograr una comunicación efectiva y conversaciones más armoniosas.
En definitiva, si quieres acompañar de manera efectiva en tu práctica profesional y generar mejores relaciones en tu diario vivir, necesitas ser consciente de lo que dice tu voz, y lograr que en general, (todo depende de las circunstancias), suene atractiva, confiable, competente, alegre, familiar y humana.
Para ello te invito a que conozcas un poco más a fondo a tu preciosa voz y así puedas ser consciente de ella y la utilices con asertividad y compasión.
Y ¿Cuáles son las cualidades de la voz?
La voz como tal cuenta con cuatro (4) cualidades básicas:
PRIMERA. La intensidad.
Esta característica tiene que ver con el volumen de nuestra voz, y este puede ser alto o bajo.
Y ¿de qué depende este volumen?
Bueno, este depende de nuestra respiración, de la fuerza con que lanzamos el aire hacia las cuerdas vocales, es responsabilidad de un músculo llamado diafragma.
Aunque puede haber otras razones para que una persona hable en un volumen determinado (incluyendo una forma de respirar inadecuada), a continuación te comparto algunos ejemplos para que puedas darte una idea:
Cuando escuches a alguien que habla en voz baja podría tratarse de una persona introvertida, o de alguien que se siente triste o está aburrido.
Ahora, si la persona te habla en un volumen alto y enérgico, es muy posible que se sienta segura y animada.
SEGUNDA. El tono.
Nuestro tono de voz es el modo particular en que nosotros modulamos la voz, y refleja por lo general una intención o estado de ánimo.
Ahora, el hecho de que nuestra voz sea particularmente grave o aguda depende del grosor y longitud de nuestras cuerdas vocales, sin embargo, eso no quiere decir que no podamos entrenar nuestra voz.
En general nadie habla solo en un tono agudo o grave, tod@s utilizamos gamas de tonos y estos, acompañados de la intensidad, ponen en evidencia nuestras emociones. Todas las formas expresivas que puedas imaginar, ya sean la tristeza, la ira, la ironía, la alegría, la ternura, la duda, o cualquier otra, quedan registradas inexorablemente.
Así mismo, debes tomar en cuenta que los tonos son los que marcan el ritmo de tu hablar, así que evita la monotonía dándole cadencia a tu discurso.
Nota importante. Procura empezar tus enunciados con un tono más agudo y terminarlos con uno más grave. Imagina que tu tono debe ir como un arco, subir y terminar abajo. A excepción de las frases de interrogación que generalmente terminan en un tono más bien agudo.
TERCERA. El timbre.
El sonido de tu voz es único, y esta es la cualidad que le da esa identidad singular e irrepetible.
El timbre de nuestra voz, está determinado por las características de nuestra caja de resonancia, (la parte hueca de un instrumento musical que tiene la finalidad de amplificar o modular el sonido), que está formada básicamente por nuestro rostro y garganta.
Entonces, tu timbre dependerá por ejemplo, del tamaño y forma de tu nariz, del tamaño de tu boca, entre otros detalles individuales y únicos.
El timbre puede ser clasificado como cerrado o abierto, y aunque es una característica muy particular, la puedes ir modificando con un poco de ejercicio.
Ten en cuenta que cuando una persona habla con la boca muy cerrada suele ser interpretada como no muy confiable, y por otro lado a lo mejor no se entenderá claramente lo que dice.
Por otro lado, si hablas con la boca abierta, permitirás que tu voz resuene y con ella proyectarás mayor credibilidad y confianza.
Si tu mandíbula es un poquito estrecha puedes empezar con dos (2) ejercicios básicos, que sin duda te sacarán una sonrisa y que de seguro será mejor que hagas en privado.
- Hincha las mejillas, y luego pasa el aire del lado derecho al lado izquierdo hasta que sientas tensión y descansa, repite.
- Sonríe ampliamente dejando las comisuras de los labios bien estiradas, abre la boca, mete tus cuatro dedos de la mano (índice, medio, anular y meñique) en tu boca de manera vertical y cuenta hasta 10. (Si tienes la mandíbula muy estrecha empieza con tres dedos, siempre evalúa tus condiciones particulares y respeta tus tiempos).
CUARTA. La duración.
Esta cualidad determina la velocidad a la que transmitimos nuestro mensaje: lento o rápido.
Cuando una persona habla todo el tiempo de manera lenta, es posible que, sin importar lo que dice, su plática nos parezca aburrida e incluso perdamos interés en la conversación o dejemos de atender a lo que nos dice.
En cambio, cuando la persona habla demasiado rápido, es posible que nos sintamos confundidos, e incluso que nos cueste entender su mensaje.
Por esa razón, lo más aconsejable es que te mantengas atent@ a la velocidad con la que hablas, y procures cambiarla a lo largo de la conversación, de esta manera, tu interlocutor prestará más atención y comprenderá mejor el mensaje.
Recuerda. Para lograr mayor claridad en tu mensaje, es aconsejable que lo más importante se diga lento y lo menos importante se diga más rápido.
¿Cómo estas cualidades pueden ayudarme a mejorar la calidad de mis conversaciones?

Para mejorar no solo la calidad de tus conversaciones de coaching, sino de tus conversaciones que mantienes en todos los ámbitos relacionales de tu vida, es importante que recuerdes que la voz, los sonidos y tu manera de hablar definitivamente transmiten emociones, estados de ánimo y actitudes.
Es así que, a continuación te dejo algunas recomendaciones para tener en cuenta:
Con respecto a la intensidad y volumen, procura que tu voz sea audible, pero no invasiva; y practica ejercicios de respiración completa y consciente, para activar tu diafragma y darle más potencia al sonido.
Habla desde el vientre, es ahí donde está tu fuerza y desde donde lograrás transmitir honestidad y confianza.
Sobre el tono de voz, es importante que recuerdes mantener un ritmo armonioso, cálido y tranquilo al hablar.
Además, asegúrate de incorporar otros elementos como son:
El énfasis en palabras clave que transmitan acompañamiento y apoyo; y las pausas para destacar puntos, momentos o ideas relevantes sobre las que sea necesario profundizar o reflexionar.
Asimismo, pon atención a las emociones que transmite la voz de tu interlocutor e indaga al respecto si es necesario; no des nada por sentado, al igual que nuestro lenguaje corporal, nuestra voz también está condicionada por factores culturales y experiencias personales, así que puede ser que hayamos aprendido a enmascarar unas emociones en otras.
Sin embargo, cuanto más consciente te vuelvas de lo que transmite tu propia voz, serás más capaz de leer las emociones que la voz de otras personas te quiere transmitir.
Y antes de despedirme…
Un BONUS TRACK para calmar tu voz en momentos de ansiedad.
Además de recomendarte que tomes agua con regularidad y descanses la voz periódicamente, te propongo un ejercicio que es tan fácil, que hasta te hará reír.
Estira el dedo índice de una mano, colócalo verticalmente frente a tu boca sin pegarlo a ella, inhala, y sopla a tu dedo constantemente mientras lo mueves de un lado al otro, haciendo el sonido Uuuuu… con la boca.
Repite 5 veces.
Esta acción relaja las cuerdas vocales, te brinda estabilidad en la voz y además regula la respiración.
Hay mucho que contar todavía sobre este tema, no obstante, estoy segura de que este breve artículo te guiará en tus primeros pasos en el conocimiento del poder de la voz.
Comparte tu experiencia en los comentarios.
Será un gusto leerte.
Autora:
Cristina Navarrete Landázuri (Cris Del Viento)
Coach ontológico y escritora.
Fundadora de El Refugio del Artista.
Redactora en Axon Training.

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