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Neutraliza la culpa de una vez por todas

¿Te gustaría entender el mecanismo de la culpa y cómo neutralizarlo?

En este artículo te comparto una breve mirada sobre las complejidades que esconde esta emoción y una estrategia de 5 pasos para ponerla a descansar de una vez por todas. 

  • ¿Tiendes a revivir una y otra vez las situaciones negativas que has pasado?
  • ¿Alguna vez has sentido un inexplicable malestar, incluso un nudo en la garganta y una fuerte tensión en el estómago cuando piensas en algo que hiciste o dejaste de hacer en el pasado?

A lo mejor sientes lo mismo cuando estás haciendo algo en el presente que consideras que no deberías estar haciendo; o cuando no estás haciendo algo que según tu criterio deberías hacer.

E incluso es posible que lo hayas sentido cuando vas a tomar la decisión de hacer o dejar de hacer algo en un futuro próximo.

Muchas personas nos vemos afectadas por este sentimiento que nos produce malestar e incluso afecta nuestras decisiones, relaciones y experiencias.

Si alguna vez lo has sentido, es probable que ya te hayas dado cuenta de que estoy hablando de la culpa

La culpa es una emoción que actúa a diferentes niveles y en la que influyen los aprendizajes adquiridos en nuestro entorno familiar, los estereotipos sociales propios de la cultura y nuestras características psicológicas particulares. 

Esta emoción no debe ser tomada a la ligera, pues es tan poderosa como compleja, no solo por su origen sino también por la diversidad de factores psicológicos con los que se relaciona e interactúa.

Como toda emoción en su estado original, se dice que la culpa desempeña un papel adaptativo. 

Su función es la de ayudarte a reconocer los errores y poner en marcha acciones de corrección y reparación. 

En este caso, nos ayuda a evitar transgredir normas y códigos éticos establecidos.

Supongamos que desde esta mirada, es como una alarma que se enciende para prevenirnos de cometer errores que podrían tener graves consecuencias.

A mí me gusta pensar que esa “culpa sana” debería ser llamada más bien responsabilidad, conciencia o hacernos cargo de nuestras acciones de manera saludable.

Es por eso, que en esta ocasión, me gustaría hablarte más bien del lado oscuro de la culpa, esa culpa que nos mantiene despiertos por las noches, que nos paraliza y que en muchas ocasiones es causante de dificultades y desequilibrios emocionales.

Esta emoción está profundamente relacionada con otros desafíos como son la baja autoestima, el perfeccionismo, la falta de autoconfianza, el miedo paralizante, la vergüenza y la depresión, entre otros.

El problema más común alrededor de esto es que nos es difícil discriminar si esta culpa es el origen o la consecuencia de otras dificultades.  

Es por eso que te propongo que me acompañes a desentrañar un poco más a fondo este fenómeno de sentir culpa y, claro, a buscarle alguna solución a sus nefastas consecuencias. 

El lado oscuro de la culpa

Culpa

Para liberarte de los efectos perjudiciales del sentimiento de culpa debes disponerte a ahondar en las entrañas de esta emoción y lo que causa dentro de ti. 

Por lo general el mecanismo de la culpa se activa cuando realizamos un juicio moral sobre nuestras acciones, determinamos que hemos cometido un error, nos convertimos en jueces, jurados y verdugos; y por ende sentimos que merecemos un castigo.

Cabe recalcar que por lo general somos jueces implacables con nosotr@s mism@s, es así que además de pensar que merecemos un castigo ejemplar,  este sentimiento de culpabilidad llega acompañado de angustia, frustración, remordimiento, de pensamientos recurrentes (para nada constructivos por cierto) entre otros ingredientes que de seguro tendrás bien identificados. 

La culpa como tal está íntimamente relacionada con las normas éticas y morales que hemos construido desde la infancia y por ende son ellas quienes nos indican lo que definiremos como bien o mal, dónde están nuestros límites y hasta dónde nos está permitido llegar en la vida. 

Entonces, como te puedes dar cuenta mientras más rígidas sean tus reglas, conscientes o inconscientes, más fuerte y frecuente será tu sentimiento de culpa.

¿Y cómo puede afectar la culpa a mi vida cotidiana? 

Imagina que has nacido en una familia de escasos recursos económicos, piensa que tu padre ganaba siempre lo justo, que te enseñó sobre la importancia de ser austeros y vivir conformes con lo que se tiene.

Piensa las veces que escuchaste a tu madre y a tu padre discutiendo por temas de dinero. 

Las cosas nunca estuvieron bien, siempre había que resolver urgencias y apenas ajustaban los ingresos para salir adelante con los gastos del mes. 

Tú siendo niñ@ y adolescente te prometiste que ibas a cambiar tu vida, que para ti todo iba a ser diferente. 

Te enfocas en ir a la universidad, ganas una beca, consigues un buen trabajo o inicias un emprendimiento, y todo empieza a fluir a tu favor. 

Sin embargo, algo pasa dentro de ti. Sin darte cuenta sientes incomodidad por contar con una estabilidad económica o estar “desviando tu camino” del camino de tu clan.

Le estás fallando a tu proveedor, a tu padre, a tu madre, le fallas a los esfuerzos y al sacrificio. La vida no puede ser fácil para ti, si no lo fue para ellos. 

Y aunque conscientemente tomaste la decisión de progresar para proveer a tu familia de un mejor futuro, dentro de ti se activa la alarma que te indica que has ido más allá de tus límites, que estás traicionando las enseñanzas de tu familia.

¡Qué horror, ganas más que tu padre y tu madre juntos!

Es entonces cuando tu juez implacable te indica que hay que poner en marcha un castigo ejemplar. Y sin saber cómo ni cuándo, pierdes el trabajo, se arruinan tus proyectos, fracasa tu empresa, enfermas y te llenas de deudas; hace su aparición el autoboicot.

¿Sabes de qué te estoy hablando?

Estoy segura de que podrías contarme más de una historia no muy grata en la que la protagonista ha sido la culpa. 

Podría seguir ahondando en todos los intrincados recovecos que tiene esta emoción, sin embargo, te aseguro que necesitaría más de un artículo para ello. 

Es por eso que, segura de que conoces bien a este bichito, y más que definirlo necesitas aplicarle una llave para dejarlo en el piso; te invito a que indaguemos en una breve estrategia de 5 pasos para que la puedas neutralizar. 

PASO 1. Acepta que eres falible.

Todos los seres humanos estamos expuestos a cometer errores o a fallar en algún momento. 

Por otro lado, puede ser que la falla esté en la lente con la que miras las cosas que suceden a tu alrededor. 

Predisponte a cuestionar esas verdades profundas que has atesorado por tanto tiempo, puede ser que al final las normas que te has impuesto para vivir ya estén caducas y merezcan una revisión.

PASO 2. Identifica qué es lo que te hace sentir culpable

En cuanto empieces a sentir esa sensación de malestar en el estómago, en la garganta o como sea que tú la somatices, detente. 

Haz una pausa para analizar qué es lo que te molesta. 

  • ¿Cuál es esa acción o situación que te produce culpa?
  • ¿En qué fundamentas ese “veredicto” de culpabilidad?
  • ¿Estás exigiéndote más de lo que humanamente puedes dar?

PASO 3. Escribe sobre tus sentimientos

Date permiso de expresar lo que sientes. Escribe, saca todo lo que tienes dentro, todas tus reflexiones y aflicciones al respecto. 

No importa el orden ni la sintaxis, solo escribe todo lo que pase por tu cabeza y corazón sobre el tema, incluso escribe sobre tus sensaciones corporales.

PASO 4. Hazte responsable

Reflexiona sobre lo escrito para determinar tu grado de responsabilidad en el tema que te aflige.

Analiza tus palabras y busca respuestas dentro de ti mism@. 

Para darle un poco de organización a las cosas y ponerlo todo en perspectiva subraya las frases donde sientas que te auto-flagelas y te minimizas. 

Generalmente vas a encontrar textos como: “si hubiera…, si no hubiera…, soy…” (seguido por insultos e improperios que no le dirías ni al peor de tus enemigos), o incluso generalizaciones muy bien aprendidas como: “todo lo hago mal” o “no sirvo para nada”.

Una vez que las hayas detectado cambia el lenguaje, re-escribe tu historia y empieza a perdonarte. 

  • ¿Realmente “no sirvo para nada”?
  • ¿De verdad “lo hago todo mal”?
  • ¿Cuál es el grado de responsabilidad que tengo en lo sucedido?
  • ¿Qué tiene de malo disfrutar de una mejor situación económica que la de mi padre?

PASO 5. Repara y corrige

Una vez que hayas indagado a fondo sobre esas situaciones o acciones que te hacen sentir culpable entra en acción.

Si te das cuenta de que efectivamente has cometido un error que ha dañado a otros, solicita que te disculpen, muestra tu sincero arrepentimiento y pon en marcha acciones de reparación que demuestren que no se volverá a repetir. 

Si por el contrario te das cuenta de que estás abrigando una culpa sin fundamentos, heredada o asumida por cualquier razón consciente o inconsciente mantente atent@ a la sensación de malestar que aparece cada vez que la sientes, reconócela y transforma tu diálogo interno culpable en un hablar responsable y amoroso. 

Al principio no será fácil, te lo advierto, pero poco a poco la nueva historia que te cuentes se hará más fuerte y reemplazará a la antigua.  

En caso de que te des cuenta de que ha sido contra ti la afrenta, que has sido tú quien se ha perjudicado con tus propias acciones, habla contigo, perdónate y pídete perdón, y al igual que si fueras otra persona activa acciones de reparación, escríbete una carta, date la oportunidad de volver a confiar en ti.

Espero que este contenido te acompañe en un camino, que a lo mejor sea algo empinado y agreste, sin embargo, si vas acompañad@ con algunas herramientas se hará cada vez más sencillo. Cuéntame:

¿Cómo se siente para ti la culpa?

Espero leerte pronto.

Autora: Cristina Navarrete Landázuri (Cris Del Viento)
Coach ontológico y escritora.
Redactora en Axon Training.

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11 comentarios


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  • Buenas noches! Con el solo leer sobre la culpa, caen lágrimas de mis ojos… Me aborda una tristeza enorme, mi baja autoestima nunca estuvo alta…y no me doy cuenta el motivo…o seguramente deben ser varios los motivos…. Voy a escribir mi carta, para poder observarme mejor… Muchas gracias

  • Gracias,por la leccion…nunca lo habia visto de ests manera..me ha ayudafo a ver las cosas de diferente manera. Ahora puedo darme cuenta q estaba equivocada.

  • Un dia pude sentir que si estiraba lo suficiente las manos, podia tocar las estrellas… pero permití que la culpa me confunda y llegue a desconocerme a mi misma. Es terrible pensar que las personas que mas nos aman pueden volcar su frustración en nosotros y neutralizarnos. Lucho cada día por encontrarme nuevamente.

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