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4 trucos para aprender mejor y más rápido

En este artículo encontrarás cuatro prácticas de aprendizaje para incluir en tu vida diaria y mejorar de manera exponencial tu capacidad de aprendizaje.

Los seres humanos somos aprendices permanentes, y siempre estamos incorporando nuevos conocimientos, voluntaria o involuntariamente. 

Sin embargo, para muchas personas, resulta desafiante atravesar procesos de formación formal, estudiar y recordar conceptos. Aunque aprender es un proceso natural en nosotras/os, a muy pocas/os se nos ha enseñado cómo hacerlo de manera eficiente.

Muchas personas hemos tenido más de una experiencia traumática en las instituciones educativas . El enfoque siempre ha estado en obtener las respuestas correctas y pasar las evaluaciones, no en interiorizar el conocimiento en sí mismo u observar el proceso. 

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Mujer experimentando diversos procesos
de aprendizaje.

En tales circunstancias, es muy probable, que si te has sentido abrumada/o por este tipo de experiencias, estudiar se haya convertido en una carga difícil de llevar. El aprendizaje, en lugar de ser una actividad natural y placentera, se haya transformado en una verdadera tortura. 

Entonces…

¿Qué hacer para atravesar ese mar de inseguridades e incomodidad, y aprender efectiva y placenteramente?

La respuesta es sencilla, sin embargo, va a requerir un compromiso de tu parte, ¿te atreves?

Estoy segura de que sí, así que, ahí va la solución:

El secreto está en darte tiempo para aprender a aprender. Y para ello deberás incorporar nuevas prácticas en tu día a día que no solo mejorarán tu capacidad de retención, comprensión y memoria, sino que también te servirán para aumentar la productividad en cada proyecto que emprendas. 

Aunque existen múltiples estrategias para lograr este cometido, a continuación te comparto 4 prácticas que considero son perfectas para empezar

1. Enfócate en preguntar, más que en responder.

Si eres coach, es muy probable que no tenga que aclarar por qué son tan importantes las preguntas. 

Sin embargo, seamos o no seamos coaches, nunca está de más recordar que las preguntas dirigen nuestros pensamientos y con ellos nuestra atención hacia un lugar determinado, ellas intervienen en todo lo que hacemos durante nuestro día. 

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Personas reunidas en ámbito laboral intercambiando información e ideas.

Desde la mañana hasta la noche, nos preguntamos diferentes cosas que dirigen nuestras acciones, desde qué calcetines ponernos hasta cambiar de profesión o trasladarnos a un país nuevo.

Es por eso que, estas también son vitales a la hora de fortalecer nuestra comprensión lectora y retener mayor cantidad de información.

Pero, ¿cómo funciona esto?

Como ya te habrás dado cuenta, si las preguntas son tan importantes en nuestras vidas, lo que cuenta es la calidad de las mismas.

Es por eso que si quieres mejorar tu enfoque, comprensión y capacidad de retención es importante que prepares tu mente antes de empezar, teniendo presentes cuatro preguntas clave:

  • ¿Cuál es la utilidad de esto que estoy leyendo?
  • ¿Cómo puedo usar esto en mi vida cotidiana?
  • ¿Cuándo podría ponerlo en práctica?
  • ¿Qué ejemplos cotidianos puedo encontrar que sustentan este concepto?

Si empiezas la tarea con la mente predispuesta y las interrogantes adecuadas, lo más seguro es que las respuestas aparezcan por todos lados y puedas poner en práctica la nueva información.

¿Ya estás lista/o para hacerte las preguntas adecuadas?

2. Enseña a otra persona.

No sé si te has dado cuenta, pero cuando practicamos para enseñar algo a otra persona solemos buscar los puntos clave y organizar la información de una manera mucho más coherente y natural, que cuando nos preparamos para un examen que queremos aprobar. 

Por eso, una estrategia muy efectiva a la hora de estudiar, es compartirle a otra persona el tema a incorporar o simplemente pretender que lo haces. 

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Mujer trasmitiendo su experiencia a través de ejemplos.

Si no tienes a nadie a quien transmitirle la información, solamente habla en voz alta, escribe en una pizarra o en un bloc de notas como si quisieras que otro se llevará claridad sobre la materia.

3. Aprende en trozos pequeños.

Aunque puede parecernos evidente que es más fácil de recordar las cosas cuando las dividimos en secciones pequeñas y manejables, a menudo en la práctica queremos comernos todo el pastel de un solo bocado. 

Por eso, el ejercicio intencional de trocear aquello que queremos incorporar nos permitirá enfocar nuestras acciones a crear porciones de información, que, finalmente, se asociarán para traer un significado global y coherente. 

Esta estrategia es aplicable a todo tipo de aprendizaje, desde números telefónicos y listas de vocabulario, hasta aprender a tocar un instrumento musical o practicar algún deporte con maestría.

Entonces, pongamos en marcha el proceso de manera consciente.

Primero, enfoca tu atención en la información que requieres fraccionar. Cierra por un momento el móvil o minimiza las pestañas de tu red social. Dedícale un tiempo y un espacio especial.

Segundo, recorre el contenido como quién sobrevuela un territorio en helicóptero. Es decir, no tienes que profundizar, únicamente debes capturar la idea principal de todo lo que quieres integrar. 

Por ejemplo, si quieres aprender a tocar guitarra, antes de empezar podrías mirar un video de otra persona tocando guitarra, indagar cómo se sostiene el instrumento, observar cómo se colocan los dedos en cada nota que tocarás.  

Y tercero, empieza a practicar paso a paso, digamos, siguiendo con el ejemplo de la guitarra, que quieres aprender tu primera canción. 

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Profesor de música, durante una clase, transmitiendo conocimientos a su alumna.

No vayas por toda la canción una y otra vez, al contrario, empieza por las primeras notas y repítelas hasta que las sepas, luego ve por la segunda parte y exclusivamente practica esa, y así con cada pequeño pedazo.

Cuando tengas todos los pedazos, ve integrándolos uno a uno, es decir practica el primero con el segundo, cuando lo tengas, practica el primero, con el segundo y el tercero, y así sucesivamente, hasta que logres unir todo.

De esta manera, no solo disminuirás la posible frustración y renuncia en el camino, sino que favorecerás la formación de nuevos patrones neuronales que con la práctica continua conservarás a largo plazo.

4. Cuida la calidad de tu sueño.

¿Sabías que el sueño es tu superpoder para mantener el cerebro limpio y sano?

Estoy segura de que ya lo sabías, pero, ¿lo estás aprovechando?

La cuestión es que dormir lo suficiente y de manera adecuada no solamente nos permite recuperar fuerzas, eliminar toxinas y mantenernos saludables, sino que también potencia nuestra memoria de manera exponencial. 

Al día de hoy, un sinnúmero de estudios han demostrado que las personas que duermen bien justo después de incorporar nuevos conocimientos tienen una mejor capacidad de recordar y retener la información, que aquellas personas que no cuidan de su sueño.

El papel del sueño en el aprendizaje y el recuerdo de la información entra en juego, tanto a largo como a corto plazo. 

Las agendas apretadas y la sobreexigencia que te impiden dormir adecuadamente tienen un impacto negativo en la concentración, el enfoque, la capacidad de recordar información e incluso de resolver problemas. 

Por eso, además del descanso nocturno, se ha comprobado que las siestas estratégicas pueden mejorar la retención del material recién estudiado.

En este contexto, tu tarea será incorporar un ritual nocturno a tu vida y una siesta después de una sesión de aprendizaje.

En cuanto a la duración de la siesta, se ha dicho mucho a este respecto, y no existe un tiempo estándar para todas las personas, por eso te sugiero que pruebes con diferentes tiempos. Por ejemplo, puedes intentar con 20, 30 o 45 minutos. Quédate con el tiempo que te haga sentir más descansada/o y alerta. 

¿Ya elegiste por dónde vas a empezar?

Estoy segura de que, sin importar por donde inicies, pronto verás los resultados. 

Y si quieres una estrategia que apalanque aún más tu capacidad de aprendizaje, retención e incluso productividad, te invito a indagar sobre las bondades de la técnica Pomodoro.

Gracias por acompañarme.

Comparte tu experiencia en los comentarios.

Será genial leerte.

Autora:
Cristina Navarrete Landázuri (Cris Del Viento)
Coach ontológico y escritora.
Fundadora de El Refugio del Artista.

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