A veces, pensamos que ser feliz es una situación de suerte, que son solo unos cuantos quienes pueden serlo. Solemos pensar que la felicidad es un concepto predeterminado en la vida y que solo hay una forma para ser feliz.
Usualmente creemos que hay que llegar a algún sitio u objetivo para serlo, que los logros de diversa índole son los que, de alguna forma, determinan si llegaste a cumplir el deseo soñado de ser feliz.

¿Qué pasa cuando no logras ser feliz?
¿Es que el no llegar a obtener algún objetivo en tu vida, puede de alguna manera generar tú infelicidad? Yo creo que no.
Solemos confundir algunos términos y situaciones con el verdadero significado de ser feliz. Por ejemplo, muchas veces creemos que el bienestar económico, social o académico demarca la felicidad. En ese sentido, enrumbamos el barco por el cual navegamos para llegar a ese supuesto puerto, para lograr cumplir el objetivo anhelado y aun así, no conseguimos ser plenamente felices.
¿Y que tal cuando obtenemos reconocimiento y éxito, materialmente hablando, y tampoco lo encontramos? El sentido de la felicidad, en este caso, es por todo lo que logramos, esta sostenido en el resultado pensado, en el objetivo cumplido. Muchas veces no importa como logremos lo que deseamos, lo importante es únicamente que lo obtengamos. Pero creo que ése no es el verdadero propósito de ser feliz .
Por ejemplo…
A veces veo parejas que logran estar juntos muchos años. Por diversas causas ajenas al verdadero propósito del matrimonio de hecho, lograr mantenerse juntos para muchos es un logro, sin siquiera saber a ciencia cierta si son felices o no.
En otro aspecto, cuantos profesionales exitosos hay que, después de carreras reconocidas, descubren en el ocaso de sus vidas que eso que hicieron realmente no los hacía feliz.
No es a donde vayas en tu vida lo que va a determinar tu felicidad.
Lo que determinará tu felicidad es como traces el camino hacia ésta y como lo transites. Desde donde lo generes para que cada día de tu vida elijas ser feliz. Esta es una elección de vida diaria.
La felicidad no es un fin, es un camino continuo que hay que andar. En donde las cosas que hagamos nazcan del verdadero reconocimiento y aceptación, de que somos seres que nos merecemos ser felices.
Para eso tenemos que empoderar nuestra parte interna, nuestra emocionalidad, caminado por la vida aceptándonos y no reprochándonos. Que cada logro sea obtenido desde el principio central de haber elegido lo que deseamos y que cada error que cometamos sea fruto de intentar siempre lo mejor. Para que no nos genere una frustración innecesaria, si no se obtiene el resultado.

Y así poder seguir tranquilos, con la convicción clara de que siempre hicimos lo mejor que pudimos hacer.
Si deseamos seguir intentándolo pues adelante. No se trata de no seguir, si es eso lo que realmente se quiere. Tampoco de ostentar del éxito, ni del bienestar económico. No, eso no es lo que propicia este escrito, pues estas circunstancia son buenas y positivas.
El tema es no poner al centro de nuestra existencia estas situaciones, más bien al centro de la vida debemos siempre estar las personas. Somos nosotros quienes, desde una elección consciente y plena, con errores y con éxitos, con triunfos y fracasos, los que podemosa gradecer por la vida que tuvimos al final de nuestros días. No por lo que obtuvimos de ella, si no por lo que aprendimos y disfrutamos al recorrerla. Ese, creo yo, desde mi observación, puede ser el verdadero sentido de ser feliz .
Deseo invitarlos a que se miren, se observen y reflexionen sobre ser felices. En verdad, es trascendente si consideramos que a este mundo hemos venido a serlo.
Autor:
Richard Salas C
Coach Ontológico

A partir de comenzar Coaching Ontológico comencé a todos los días realizar pequeñas acciones para ser cada vez un poco más feliz.
Hola Agustina, gracias por tu comentario. Esperemos que los resultados puedan verse con el transcurrir del aprendizaje.