Mucho tiempo has caminado por un túnel de profunda oscuridad, ese que no te deja percibir la luz por donde vas. Aquel que no permite percibirte como alguien, ese que te incita a seguir invisible. A veces puede aparecer cierta claridad pero, termina disipándose por qué no te das la oportunidad de visualizarte y generar un cambio.
¿A qué se debe esto?
Creo que es la imposibilidad de ver los matices de la vida que uno transita o quizás por el miedo alimentado de creencias sostenidas, en discursos familiares o sociales que marcan esta impronta en el camino. Estas no dejan vernos como posibilidad o quizás puede que sean aquellas conversaciones que nos contamos, para no salir de esta oscuridad.
A veces solemos pensar que es mejor permanecer escondidos, antes que abrir aquella puerta que nos puede inundar de una luz, en donde la posibilidad pueda ser la certeza de comenzar a creernos como oportunidad para nosotros. Sin embargo, la dejamos de lado para que siga gobernando la desconfianza, la sobre exigencia y todas aquellas situaciones que no nos dejan avanzar, hacia aquel delicioso proceso de poder encontrarnos y así descubrir el maravilloso concepto de aceptarnos como seres humanos.
Todo esto que les acabo de mencionar, lo sentí y probablemente muchos que puedan leer este articulo también lo hayan pasado.

En algunos momentos pensé que no había salida, que era mi destino seguir por ese sendero amargo de no creer en mí, de no observarme con el afecto que merecía. Pero no es así, siempre se puede salir de aquello que nos agobia para poder tener una vida más plena sin tanta pesadumbre.
En este conocimiento sin lugar a duda, el primer paso es aceptar que algo nos pasa, y que no somos felices.
De esa única forma podremos iniciar el desarrollo de un proceso que puede llevarnos al autoconocimiento, ya que no se puede amar lo que no se conoce y no se puede ver lo que no se quiere observar. No es un proceso sencillo, pues requiere de la voluntad propia de querer abandonar el rezago de no hacerse cargo de nuestras vidas. Cuando entendemos eso, creo que el camino se hace más viable hacia la posibilidad del cambio. Para una oportunidad de poder reencausar nuestro concepto de vida, y poder descubrir una puerta diferente.
El segundo paso es poder engarzar esa aceptación, con la acción de generar un real cambio de mirada. Para poder iniciar aquel camino del aprendizaje y poder sostener acciones, que nos lleven a actuar coherentemente con lo nuevo que hemos descubierto. Sin acción, la aceptación solo sería darse cuenta, pero no tener la fortaleza de poder emprender. Al final no serviría de gran cosa.
Por último y no menos relevante, reconocer nuestro proceso como tal.
Poder compartir aquel cambio realizado, parado desde la humildad del hecho. Pero con la sinceridad de nuestra actuación, así quizás podamos inspirar a otras personas a poder revelar en ellas, aquel hermoso proceso de transformación de la persona que deseamos ser. Y con eso iniciar aquel viaje exquisito de elegir ser feliz.
“El cambio más relevante en un ser humano, es aquel que se genera desde nuestro propio descubrimiento. Lo que los demás observen en verdad no tiene gran significado, si antes no lo hemos podido observar nosotros mismos.”
Autor:
Richard Salas C
Coach Ontológico

Gran verdad y un gran desafío!