¿Has oído hablar del rapport?
En este artículo te comparto una sencilla mirada sobre este concepto y una estrategia de tres (3) pasos para generar un espacio de conexión y confianza con tu coachee.
¿Alguna vez te ha sucedido que vas a salir con una persona con la que tienes mucha afinidad, y sin haberse dicho una sola palabra van vestidos con el mismo color de ropa?
¿O qué están conversando y de repente responden de idéntica forma y al mismo tiempo a una pregunta que se les formuló?
La verdad es que a mí me ha pasado, tanto con mi familia como con amig@s muy cercan@s.
Esta clase de sintonía sucede de manera natural a lo largo de nuestras vidas, y en general surge con personas con las que no solo compartimos mucho tiempo y experiencias, sino que también tenemos afinidades emocionales y energéticas.
Este vínculo de confianza, en general, requiere de mucho tiempo para cultivarse, de muchas experiencias compartidas y otros elementos como la empatía y el respeto.

Sin embargo, hace ya algunos años, importantes maestros de la psicología, se dieron cuenta de que construir este tipo de sincronización entre terapeuta y paciente, (en una medida saludable y profesional) proporcionarían grandes beneficios alrededor del proceso de la persona.
Así es como surge el concepto de rapport, que es ampliamente utilizado en la práctica de la Programación Neurolingüística (PNL).
Y…
¿Qué es el rapport?
Bueno, en principio, según la Asociación Americana de Psicología, el rapport es:
“Una relación cálida y relajada de comprensión mutua, aceptación y compatibilidad comprensiva entre los individuos. Establecer rapport con un cliente en psicoterapia es con frecuencia un objetivo importante para el terapeuta, con el fin de facilitar y profundizar la experiencia terapéutica y promover un progreso y una mejora óptimos.”
Aunque la definición oficial nos habla de la relación que se genera en un proceso de psicoterapia, es sin duda aplicable a la relación entre coach y cliente, donde se hace indispensable la generación de un contexto de confianza, amorosidad y confidencialidad, en donde el coachee se sienta libre de mostrar su vulnerabilidad y segur@ para dejarse acompañar.
Ahora, la pregunta es:
¿Cómo logro este grado de conexión con mi cliente desde el primer encuentro?
¿Y sí soy nuev@ en esto? ¿Hay alguna estrategia que me ayude a generar más fácilmente este contexto?
La respuesta es sí.
Existen estrategias utilizadas, tanto dentro de la psicoterapia como en el campo de la PNL, que pueden ayudarte a forjar este tipo de espacio de manera más efectiva.
Pero antes de compartirte alguna de ellas…
Nota importante. En muchas ocasiones y en otros ámbitos de la interacción humana el rapport ha sido utilizado como una forma no muy ética de manipulación (desde mi mirada), entonces, siempre que utilices estas estrategias hazlo pensando en el bienestar de la otra persona, en brindarle acompañamiento y en la construcción de una relación sana, respetuosa y profesional. (Sé que no eres de esas personas, sin embargo tenía que decirlo para mi paz mental y para que estés atent@ siempre a cuidar de tu prestigio profesional y del bienestar de tu cliente)
Estrategia de tres (3) pasos para construir rapport.
PRIMERO. Observa.
Ya sea que tu sesión la lleves a cabo en presencia física o a través de una videoconferencia, es importante que antes de recibir a tu cliente te predispongas a estar atent@ a lo que te trae con su lenguaje corporal, su voz y su respiración.
Ve más allá de la palabra, y despierta todos tus sentidos para determinar el grado de coherencia que trae tu coachee con respecto a las palabras que salen de su boca y lo que expresa su cuerpo.
Si al llegar a la sesión, le haces la pregunta: “¿Cómo estás hoy?” O “¿Cómo llegas a la sesión de hoy?” Hazlo de manera genuina y escucha con todos tus sentidos.

Si, por ejemplo, la persona contesta: “¡Excelente!”, pero miras que su cuerpo está tenso, sus ojos lánguidos y su voz apagada. Entonces, ya te dá una pista de que no está precisamente tan bien como quiere aparentar.
¿Te das cuenta?
La clave es que durante cada conversación practiques la agudeza sensorial, (incluyendo la intuición), que observes sus expresiones, gestos, respiración, e incluso el tono, ritmo y volumen de su voz.
El secreto es predisponerte a conectar, a sintonizar con lo que dice y hace el coachee durante la sesión, estar en modo atención plena y profunda presencia.
SEGUNDO. Conviértete en espejo.
La intención de este paso es que logres sincronizar no solo con las palabras de tu cliente sino con su fisiología y corporalidad.
Nosotr@s como coaches tenemos experiencia en hacerle espejo a las palabras de nuestros clientes a través de parafrasear, o de la formulación de preguntas, sin embargo, ahora te invito a ir mucho más allá.
Esta manera de hacer de espejo tiene que ver con acoplarnos además a la corporalidad y a la voz de nuestr@ interlocutor@.
Debes hacerlo de una manera sutil y relajada, procurando acoplarte a la forma en que el coachee mira el mundo que le rodea.
Por ejemplo: Si tienes frente a ti a una persona que tiene un ritmo de respiración lento, procura sincronizar tu respiración con la suya; si su tono de voz es alto y firme acoplate a su tono voz, y si es bajo y pausado también.
También resulta muy efectivo mantener una corporalidad compatible con nuestr@ interlocutor@. Es decir, si la persona mantiene las piernas cruzadas a lo mejor nosotr@s podríamos cruzar los pies.
Ábrete a un lugar de conexión, mira este paso como un proceso para sintonizar con el otro, te aseguro que si lo haces con sutileza y enfocad@ en el objetivo, será una gran herramienta para generar empatía y entendimiento.
Recuerda. NO debes exagerar, ni ser tan obvio que resulte incómodo para la otra persona, e incluso contraproducente si la persona siente que le estás “remedando”. Elige solo aquellas cuestiones que detectes son las más relevantes para reflejar.
TERCERO. Acompaña a mirar desde otro lugar.
Cuando sientas que ya están en la misma longitud de onda, que ya han sintonizado y que la conversación fluye, podrás promover por ejemplo: la elevación de la energía del coachee, un cambio en su corporalidad, una apertura de confianza sobre esa incoherencia entre su lenguaje, su cuerpo y su voz que pudiste notar al inicio, pues ahora la otra persona también estará conectada contigo.
Al establecer esta conexión de doble vía, liderarás de alguna manera el espacio y podrás acompañar al cliente a caminar desde el lugar en donde se encuentra hasta dónde quiere llegar, con una mirada distinta, en una sensación de confianza y con la posibilidad de que se sienta segur@ mostrando su vulnerabilidad.
Podrás comprobar si has llegado a este lugar si, por ejemplo, un cambio en tu postura provoca un cambio en la postura de la otra persona.

Si no resulta obvio, pero tú lo sientes así, y ves en la otra persona una sensación de comodidad, ya estás ahí. Lleva la conversación al siguiente nivel y entrega todo lo que está en tus manos para acompañar.
Y si por cualquier razón, percibes que no has llegado a ese grado de conexión, no te desesperes ni fuerces la situación, solo ten paciencia y ocúpate de estar cada día más presente.
Cultiva la presencia, la capacidad de observación y la agudeza sensorial todos los días, conecta con el aquí y el ahora.
Espero que esta herramienta te sea de utilidad, que la pongas en práctica y que nos compartas tu experiencia.
Comenta.
Siempre es un gusto leerte y aprender junto a ti.
Autora:
Cristina Navarrete Landázuri (Cris Del Viento)
Coach ontológico y escritora.
Fundadora de El Refugio del Artista.
Redactora en Axon Training.

me pareció muy bueno! gracias
¡Hola Maria!
Gracias por tomarte el tiempo de comentar nuestra nota.