Probablemente, hayas escuchado más de una vez sobre Coaching. Existen libros, conferencistas y hasta películas que hablan sobre esta filosofía enfocada al éxito; colocando a los Coaches como la guía necesaria para gestionar talentos en la sociedad.
Pasó a pensarse que ser Coach es sinónimo de ser altamente positivo, ambicioso y estratégico; pero detrás de esto hay un sinfín de enseñanzas que convierten a alguien como tú o como yo, en esos profesionales que impulsan el éxito de lo que tocan. Llegó el momento de que descubras el secreto detrás de esto.
1. Dejas atrás aquello que te impide aprender
Una de las lecciones básicas del Coaching Ontológico es la jubilación de nuestros enemigos del aprendizaje; refiriéndonos a ellos como aquellos pensamientos y actitudes que hemos tenido a lo largo de nuestra vida y nos impiden desarrollar nuestra persona y llevarla a su mejor versión.

A veces, a primera vista somos conscientes de ellos, pero esto no siempre sucede. Es por ello que al formarse como Coach esto puede resultar un largo camino en el que la observación a uno mismo es lo primordial. Por ello, los profesionales en Coaching se caracterizan por tener una mente abierta a los conocimientos nuevos.
2. Observas el mundo de otra manera
Todo empieza viendo la realidad y aceptándola tal como es. A partir de este momento, se abren posibilidades que eliminan las resistencias y los juicios que evitan el cambio. Un Coach es aquel que se ha quitado las vendas de la sociedad y decide dar un nuevo sentido a su mundo.
Una vez que se es consciente, se puede emprender un nuevo viaje, de evolucionar nuestra forma de observar y actuar, descubriendo así que todo es maleable.
3. Generas tu propia realidad
Prepararse para ser Coach es saber que todos, en todo momento, estamos comprometidos – aunque no nos demos cuenta-. Ser sensato con uno mismo y el actuar que se emite a partir del compromiso no declarado, permite establecer un nuevo rumbo.
Comprometiéndonos hacia lo que realmente queremos, tomamos mejores decisiones y dejamos atrás la incongruencia de nuestros actos dando paso a la construcción de nuevos caminos que harán posible la plenitud del Ser en su realidad ideal.
4. Gestionas tu mundo interior
“El cambio parte de uno mismo” y con el Coaching Ontológico esto no pudo ser más cierto. Por ello, cuando un Coach está en formación, un paso importante es ser consciente de las emociones que yacen en su interior, para aprender a gestionarlas y hacerlas aliadas. Aprendiendo así de los miedos, canalizando el enojo, y descubriendo lo que realmente valora desde la tristeza.

Esto requiere de trabajo interior, pero el resultado es gratificante y permite, principalmente, la reconciliación con uno mismo y el mayor control de las situaciones que disparan aquel lado que no a todos nos gusta ver.
5. Te empoderas de forma responsable
El super-poder de un Coach se hace, no es innato. A través del conocimiento pleno de su Ser, quien está en proceso de convertirse en Coach toma las herramientas del habla para construir el futuro que anhela.
Esto no se refiere tanto a las declaraciones como a las palabras que uno emite para estimular el futuro en el exterior como el interior. Manifestando de forma proactiva y decidida su ser, sus planes y sus compromisos.
6. Transformas el mundo que te rodea
Una vez hecho el trabajo interno, un Coach adquiere el poder de la visión para enfocarse más allá de sí mismo, transformando su propio mundo y el de quienes le rodean. He ahí donde se encuentra la imagen de un Coach profesional, aquel que guía mientras expande su aprendizaje.
En conclusión, las herramientas que se adquieren durante la formación en Coaching se hacen presentes para el resto de la vida de un Coach, quien abre compuertas a oportunidades, mira distinto y enfoca su energía en la generación de nuevas realidades.
Ahora que ya lo sabes, ¿te animas a transformar tu Ser y convertirte en Coach? No dudes en emprender este nuevo viaje que, aunque sea de no retorno, te asegura una vida de plena consciencia.
Muchas veces he pensado que lo mejor que hizo el coaching por mi fue descubrir en mí la posibilidad de distinguir, siento que desde ahí comencé a observar las cosas de otra forma, probablemente no sea el principal descubrimiento, pero desde donde lo veo creo que si ya que me ha permitido redescubrir, propósitos en mi vida que estaban dormidos y aletargados por mi inacción, hoy siento que desde esa revelación he comenzado a develar ante mi nuevas posibilidades de ser feliz y lo mejor de todo es que en ese ser feliz, no me quedo solo porque puedo compartirlo con los que amo y con las demás personas que se cruzan en mi camino, al final “La felicidad es un regalo que solo uno se puede dar”
¡Nos alegra mucho leer estas palabras, Richard! Gracias por compartir con nosotros tu experiencia con el Coaching Ontológico y todo lo que has alcanzado hasta hoy.
Muy cierto. Después de emprender el viaje no hay retorno. Cada paso es un aprendizaje para bien. Me siento agradecida, porque empecé sin ver y ya siento que todo se va despejando en mi camino. Gracias
¡Tú lo has dicho, Sara! Nos alegra conocer tu experiencia de aprendizaje
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