En este artículo encontrarás una detallada explicación sobre el paso a paso del proceso creativo de Walt Disney y su aplicación al coaching con PNL.
Como de seguro ya sabes, la Programación Neurolingüística(PNL) es una disciplina que estudia la experiencia subjetiva del ser humano. Y a través de una serie de herramientas y procedimientos procura provocar una transformación positiva en dicha experiencia.
Siendo este un modelo en constante evolución, los estudiosos en la materia no han descansado en su labor de observar con atención las prácticas y procesos que provocan que una persona ejecute una tarea o disciplina con maestría.
Con el paso del tiempo, han modelado y perfeccionado dichas prácticas, poniéndolas al alcance de todo ser humano que esté en la búsqueda de una transformación personal.
Y, como no podía ser de otra manera, Robert Dilts, uno de sus principales representantes, en alguna ocasión se dio a la tarea de investigar qué es lo que hacía que Walt Disney tuviera éxito, tanto a nivel creativo como a nivel empresarial.
La cuestión es que el proceso de imaginería (término acuñado por el mismo Walt) que Disney utilizaba para crear futuro y convertir sueños en realidades tangibles, consta básicamente de tres fases: el soñador, el realista y elaguafiestas, que para efectos de la técnica de PNL es conocido como el crítico.

¿En qué consisten estos estilos de pensamiento?
Veamos…
El soñador.
Este momento del proceso se enfoca en el futuro a largo plazo. Implica pensar en grande, sin restricciones de ningún tipo.
Es la fase para ocuparse de expandir la idea a su máxima expresión, visualizar la solución o el proyecto ya realizado, una vez que se han obtenido los resultados deseados.
La función del soñador es establecer los objetivos en términos positivos e identificar las recompensas de llegar al estado deseado.
En resumen, el soñador no tiene límites.
El realista.
La función del realista es la de convertir el sueño en un proyecto ejecutable.
Su primera tarea es actuar “como si” la propuesta del soñador fuese posible y alcanzable, sin importar lo extraordinaria que sea.
Las acciones planteadas desde este lugar serán los pasos necesarios para hacer realidad el sueño, pensando también en el corto y el mediano plazo.
El foco de atención primario será el CÓMO poner en marcha la idea.
El crítico (el aguafiestas).
El estadio crítico del proceso vendrá después del soñador y el realista.
Su propósito principal, como su nombre lo indica, es estropear un poco la diversión, pero sin ánimo de evitar que cumplas con tu objetivo.
A qué me refiero, el crítico se encargará de evaluar los pros y los contras del plan o de la solución que has propuesto.
Buscará posibles alertas, problemas que podrían presentarse en el camino, cosas que no hayas tomado en cuenta, para poner en evidencia las posibles consecuencias y darte la oportunidad de contar con un plan de contingencia.
Su mirada estará en aquello que podría salir mal.
Y ¿Cómo funciona la estrategia creativa de Disney aplicada al coaching con PNL?
Este proceso utiliza posiciones perceptivas y es útil cuando se quiere crear algo, innovar o resolver un problema; puede realizarse individualmente o en grupo.
Antes de poner manos a la obra…
Prepárate:
- En tres papeles en blanco coloca las palabras: soñador, realista y crítico o “aguafiestas” (como prefieras).
- Busca un espacio sin distracciones en el que puedas gozar de silencio y tranquilidad.
- Establece un punto de referencia en el espacio que considerarás tu estado actual.
- Elige tres diferentes posiciones en el espacio y coloca cada uno de los rótulos que elaboraste.
- Identifica el objetivo que quieres alcanzar o el problema que quieres resolver.
- Ten a mano un cuaderno de notas.
- Ponte de pie sobre el lugar que determinaste sería tu estado actual (la zona neutral).
Ahora sí…

FASE 1. El soñador.
Toma un par de respiraciones profundas en tu zona neutral y luego ve al sitio que nombraste como soñador.
Adopta una posición cómoda, cierra tus ojos y piensa en un momento en el que hayas resuelto un problema fácilmente o logrado algo que anhelabas.
Añádele momentos en los que sentiste profunda conexión con la creatividad y con el fluir de la vida.
En este estado de satisfacción y calma, imagina que invitas a tu soñador interior a reunirse contigo.
Pregúntale sobre el asunto que quieres resolver o producir. Dale permiso para que dé rienda suelta a la imaginación y presente todas las posibilidades por “imposibles” que parezcan. Sin restricciones.
Observa qué imágenes vienen a tu mente, los sonidos, olores, colores y sabores, date tiempo de percibir cada detalle de esa meta lograda, de esa solución encontrada.
Una vez que hayas recolectado todos los detalles, dale gracias a esa parte creativa, despídete y toma una respiración profunda; vuelve al aquí y al ahora, regresa a tu posición neutral y escribe todo lo que pudiste capturar.
FASE 2. El realista.
Una vez que hayas terminado de tomar nota sobre las propuestas de la parte soñadora, vuelve a respirar profundo en tu zona neutral, y desplázate hacia la zona realista.
Ya en el lugar, vuelve a cerrar tus ojos, y piensa en un momento o momentos en los que pudiste identificar fácilmente la manera de poner en práctica un proyecto o solución.
Ahora, invita a tu realista interior y cuéntale sobre lo que quieres lograr. Describe con detalle lo que deseas crear o el problema que debes resolver.
Cuéntale sobre las ideas que te dio el soñador para el efecto, todas, sin excepción.
Dale permiso al realista de probar los diferentes aspectos de la solución para que pueda empezar a construir un plan viable. Deja que considere cualquier detalle que sea crítico para la implementación y puesta en marcha de la idea.
Nota qué nuevas imágenes, sonidos, sensaciones, olores y sabores surgen cuando tu yo realista considera los diferentes aspectos de la solución.
Cuando sientas que has capturado su visión en detalle, respira profundamente, regresa al presente, dale las gracias y déjalo ir.
Retorna a la posición designada para tu estado actual. Toma nota de todas las ideas.
Fase 3. El crítico.
¿Ya tienes apuntadas todas las ideas que te compartió tu yo realista? ¡Genial!
Ha llegado la hora de invitar a un personaje algo más desafiante, pero que te brindará claridad.
Abandona tu posición neutral, trasládate a la posición del crítico o “aguafiestas”.
Cuando estés en el sitio, respira profundo, cierra tus ojos y trae a tu memoria una situación en la que hayas sido capaz de detectar con nitidez las posibles fallas de un proyecto o un plan, y gracias a ello, hayas podido prevenir un posible fracaso.
Una vez que tengas la sensación, llama al crítico interior.
Explícale la situación con lujo de detalle, el proyecto que quieres realizar, la solución que esperas encontrar y las aportaciones de la parte soñadora y de la realista para lograr tu cometido.
Permite que esta parte, eche un vistazo y pueda identificar lo que aún se necesita o si existe algún cabo suelto, en la solución o proyecto que quieres llevar a cabo.
No opongas resistencia, solamente escucha sin rezongar. Atiende a sus objeciones.
Tan pronto como hayas captado toda la información, respira profundo, abre los ojos, regresa a tu momento actual y muévete a la posición neutral.
Toma nota de todas los cuestionamientos. Apúntalo todo.
Fase 4. La integración.
¡Ha llegado el momento de integrar todas las partes y poner todo en orden!
Su objetivo es integrar los aportes del yo realista y del crítico para así perfeccionar la solución.
Vamos a ello…
Vuelve a situarte en el lugar designado para tu parte soñadora. Esta vez lleva contigo tu cuaderno de notas.
Evoca las emociones y vivencias que te lleven a su espacio, e invita a tu soñador o soñadora interna a acompañarte de nuevo.
Presenta la solución, incluyendo los aportes de la fase realista y de la crítica.
Pide al soñador que explore la nueva información para evaluar si encaja en su visión inicial.
Si la parte soñadora está completamente satisfecha, el proceso ha concluido.
Puedes darle las gracias y correr a poner en marcha el plan.
Si, por el contrario, el soñador no está de acuerdo o imagina nuevas cosas para mejorar la solución, observa con cuidado las imágenes, sensaciones, sonidos, olores y sabores que aparecen.
Agradece a tu yo soñador, toma una respiración profunda, abre los ojos, y en el sitio, toma nota de todas las novedades.
Repite los pasos 2, 3 y 4 para asegurarte de que el proceso está completo.
Finalmente, evalúa, recuerda la sensación que tenías cuando comenzaste el ejercicio y nota la diferencia después de ejecutarlo.
Nota importante.Puedes utilizar este ejercicio para tu propia vida y también puedes aplicarlo en tu práctica de coaching, para brindar claridad a tu cliente en momentos de mucha confusión.
¡Anímate! Pon en práctica esta estrategia y comparte tu experiencia.
Comenta.
Será un gusto leerte.
Autora:
Cristina Navarrete Landázuri (Cris Del Viento)
Coach ontológico y escritora.
Fundadora de El Refugio del Artista.

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