AXON TRAININGEn este artículo descubrirás el método de las aformaciones, sus bondades y cómo aprovecharlas para desmantelar creencias limitantes y avanzar hacia tus objetivos con paso firme y mirada optimista.
¿Has oído hablar de las aformaciones?
Querrás decir afirmaciones, pensarás.
Pues no, ni lo escribí mal, ni leíste mal, efectivamente dije aformaciones, ¿sabías de la existencia de estas estructuras lingüísticas?
Aunque pienses que no tienes ni idea de lo que te estoy hablando, sabes más de este tema de lo que puedes imaginarte. Y, para que lo compruebes, sigue leyendo.
¿Qué son las aformaciones?
Si formas parte del mundo del coaching no te resultará extraña la distinción de preguntas poderosas y declaraciones.
Por otro lado, si no sabes de lo que te estoy hablando, despreocúpate, aquí te lo explico a breves rasgos:
Una declaración es todo aquello que decimos acerca de lo que queremos que pase, es un compromiso que hacemos con nosotras mismas, con nosotros mismos, o con los demás, para facilitar que las cosas sucedan.
Para que una declaración sea válida, debemos poder respaldarla con acciones y tener la capacidad de influir directamente sobre lo que declaramos.
Por otro lado, una pregunta poderosa, es aquella que te brinda la posibilidad de indagar sobre lo que sí es posible para ti. Te permite detectar oportunidades en medio de situaciones desafiantes, generar pensamientos y emociones edificantes y promueve la ejecución de acciones efectivas y beneficiosas.
Y esto, ¿qué tiene que ver con las mentadas aformaciones? Te estarás preguntando.
La respuesta es: todo.
Estas estructuras lingüísticas no son más que declaraciones en forma de preguntas poderosas, en cuya estructura asumimos que lo que deseamos alcanzar ya es una realidad y, por supuesto, ponemos en la mesa el compromiso de accionar hacia ello.
En pocas palabras, son preguntas que le hacemos a nuestra mente para provocar la búsqueda de una respuesta y permitir que se enfoque en el objetivo deseado, sin importar el entorno o las circunstancias, e incluso, que nos muestre posibles caminos para lograrlo.
Cuando nos hacen una pregunta, sepamos o no la respuesta, nuestro cerebro inmediatamente empieza a realizar un proceso de búsqueda, como si fuera un navegador de internet o el explorador de carpetas en nuestro ordenador.
Y, como ya te habrás dado cuenta, la calidad de los resultados de búsqueda depende en un alto porcentaje de la calidad de nuestras consultas, así mismo, en términos del creador del método de las aformaciones, Noah St. John, existen dos tipos de preguntas que podemos hacernos: estimulantes o desalentadoras, cada una de estas debe ser vista como una semilla que plantamos en nuestro pensamiento y arroja un resultado conforme a la calidad de lo sembrado.
Si plantamos semillas desalentadoras, los frutos serán el desaliento, la desesperanza, el sufrimiento, la frustración y nuevas experiencias que alimentarán las mismas emociones.
Si, por otro lado, sembramos semillas estimulantes, la cosecha será grata, los frutos serán abundantes, saludables, alegres, esperanzadores y posibilitantes, por eso, el objetivo del método de las aformaciones es hacer preguntas estimulantes, que nos lleven un paso más cerca de lo que sí queremos para nuestras vidas.
¿Cómo construir aformaciones a mi medida?
Antes de sumergirte en el proceso toma en cuenta que todas las personas tenemos la habilidad de crear este tipo de preguntas, lamentablemente, por lo general, nos hacemos preguntas que al contrario de alentarnos nos sumergen en un pozo cada vez más profundo.
“¿Por qué no logro alcanzar mi peso ideal?”
“¿Por qué no tengo un centavo para ahorrar y siempre me falta dinero para cubrir mis gastos?”
“¿Cuál es el motivo de que todo me sale mal?”
“¿Por qué no logro relajarme y siempre me despierto igual de cansada, igual de cansado?”
Estoy casi segura de que, solo con leer estas preguntas, ya se te hizo nudo en el estómago y hasta te costó respirar.
Por desgracia, esta es la calidad de interrogantes que introducimos a diario en nuestro motor de búsqueda, en muchos de los casos, de manera inconsciente, y son ellas las que forjan nuestras creencias maestras.
Entonces, para neutralizar y transformar esas creencias limitantes que hemos venido reforzando, cambiar la perspectiva desde la cual observamos el mundo y obtener nuevos y mejores resultados, cuando de alcanzar nuestras metas se trata, el método de las aformaciones nos propone 4 pasos básicos a seguir:
1. Identifica lo que quieres
Si no sabes hacia donde vas, difícilmente podrás avanzar hacia tus metas. Por eso, es indispensable que te des un momento para definir claramente aquello que sí quieres para tu vida.
Aplica este breve ejercicio para empezar:
Primero, haz una lista de todas las áreas de la vida que consideras son importantes para ti, por ejemplo: salud, dinero, amor y relaciones, profesión, vida social, espiritualidad, estilo de vida, etcétera.
Segundo, junto a cada categoría, coloca, sin ninguna restricción, todas las cosas que quisieras lograr, hacer o experimentar. Procura entrar en detalle y agregarle una emoción a la experiencia.
Tercero, una vez que tengas en claro todo lo que deseas, convierte esos sueños en metas, lo más específicas que te sea posible, y divídelas en objetivos o pequeños hitos que te ayuden a avanzar.
Por ejemplo, si tu meta es: “tener un cuerpo y una mente saludables”, tal vez tus objetivos específicos podrían ser:
- Comer una dieta balanceada y en horarios definidos.
- Disfrutar de un sueño profundo y reparador.
- Mantener una rutina de autocuidado revitalizante y adecuada a tus necesidades.
- Sentir seguridad al mirarte al espejo.
Por otro lado, a lo mejor, lo que quieres es: “alcanzar la solvencia financiera”, en este caso, tus objetivos más puntuales, quizá serían:
- Tener una actividad lucrativa que disfrute y que me generé al menos 3 veces más de lo que gano hoy.
- Poner en marcha al menos dos estrategias de ingresos pasivos, pólizas, inversiones, regalías, etcétera.
- Tener ingresos más que suficientes para pagar mis gastos, ahorrar e invertir todos los meses.
Cuarto, establece una fecha tentativa de consecución para cada objetivo y escribe al menos tres indicadores que te avisarán que vas por buen camino.
Haz el mismo proceso con todas las esferas de tu vida que hayas seleccionado como prioritarias y escribe, al menos, una meta.
2. Aforma
Con toda la información recopilada sobre tus deseos, metas y objetivos, diseña preguntas que asuman que lo que deseas ya es una realidad.
Volviendo a los ejemplos anteriores:
Si lo que deseas es “tener un cuerpo y una mente saludables”, podrías escribir algo como:
- ¿Por qué tengo un cuerpo y una mente tan saludables?, para tu gran meta.
Y para los objetivos de corto y mediano plazo:
- ¿Por qué tengo una dieta balanceada, adecuada a mis necesidades, y siempre como a la misma hora?
- ¿Por qué disfruto de un sueño profundo y reparador, todas las noches, sin excepción?
- ¿Por qué mantengo una rutina de autocuidado tan revitalizante, integral y efectiva?
- ¿Por qué me siento tan segura de mí misma al mirarme al espejo? ¿Por qué me siento tan seguro de mí mismo al mirarme al espejo?
Por otra parte, si ya has descubierto tus preguntas desempoderantes, también puedes atreverte a transformarlas. Por ejemplo: “¿por qué todo me sale mal?”, podría convertirse en: “¿Por qué todo me sale bien y siempre lo hago de manera fácil y rápida?”
Ahora, si eres una profesional o un profesional del coaching, es posible que te estés preguntando: ¿no se supone que no es recomendable utilizar la pregunta “por qué”, ya que nos lleva al pasado, a buscar excusas y justificaciones?
Efectivamente, y es justamente lo que vamos a provocar, pero esta vez la idea es desafiar a nuestro cerebro para que busque nuevas opciones de respuesta, caminos alternativos y un enfoque distinto que nos ayude a construir nuevas creencias con la menor resistencia posible.
3. Acepta que tu pregunta es una realidad
Aunque, tal vez, pienses que el siguiente paso lógico es responder a las cuestiones que te has planteado, esa no es la intención de este ejercicio, sino más bien que tu mente empiece a enfocarse en tus recursos y no en lo que consideras como carencias.
Una pregunta es un reto que el cerebro siempre acepta, así que, pondrá el foco en encontrar una solución a lo que hemos solicitado, sin necesidad de que nos esforcemos conscientemente por responder a la pregunta. Solo hay que dejarlo trabajar y él se las arreglará para guiar nuestras acciones.
Tu única labor, a este respecto, es decidir qué tipo de preguntas vas a hacerle y entregarte a tus nuevas preguntas como si fueran una verdad irrefutable.
¿Cómo hacerlo?
Para lograrlo con mayor facilidad, haz uso de todas las formas de comunicación que tengas a tu alcance, aquí te comparto 4 sencillos pasos a seguir:
Primero, ten a mano tu lista de aformaciones y el trabajo previo que realizaste al respecto de tus deseos, aspiraciones y metas.
Segundo, toma cada una de las aformaciones que has elaborado y escríbelas, colócalas en un lugar visible, léelas, repítelas en voz alta y, si te es posible, graba un audio para escucharlas reiteradamente, mientras haces tus actividades cotidianas.
También puedes ayudarte con recursos tecnológicos, como recordatorios y calendarios, para programar alarmas que te recuerden repasar tus aformaciones, al menos 2 o 3 veces al día.
Tercero, repite el ejercicio para todas las áreas de tu vida.
Cuarto, no aceleres el proceso. Habrá ciertas aformaciones que te costará algo más de esfuerzo integrar, porque están más alejadas de tus creencias originales, no claudiques, paso a pasito, avanzarás.
4. Actúa en consecuencia
Es hora de tomar nuevas acciones, con base en los nuevos supuestos que has creado para tu vida.
Primero, elige la aformación que consideres más importante, esa que, si la das por cierta, arreglará tu vida e impulsará a todas las demás.
Segundo, junto a ella, escribe al menos 3 pequeñas acciones (nada desafiante), que puedas realizar de inmediato para reforzar la nueva creencia que estás instalando.
Por ejemplo:
Si tu aformación es: ¿Por qué disfruto de un sueño profundo y reparador, todas las noches, sin excepción?
Podrías, entre otras cosas, investigar sobre cómo crear un ritual nocturno que facilite el descanso y la reparación celular, si ese fuera el caso, y te sumas a esta aformación, no dudes en visitar: ¿Cómo puedo hacer para dormir mejor?, estoy segura de que te encantará.
¿Te das cuenta?
Empieza con pequeños pasos, que te resulten sencillos y te animen a continuar.
Tercero, ponte en marcha diariamente, en función de tu nuevo compromiso. La constancia es lo que hará posible que veas resultados. Siguiendo con el ejemplo de dormir bien, no solo te quedes con recabar información al respecto, crea un ritual nocturno básico, acorde a tus necesidades y ejecútalo a diario.
Cuarto, cuestiona tus pensamientos a diario, y si descubres preguntas o pensamientos que te debilitan, toma nota y haz el proceso.
Quinto, enseña a otros sobre esta herramienta. Compartir el conocimiento no solo te brindará satisfacción, sino que afianzará tus nuevas prácticas.
Si quieres profundizar alrededor del poder de las preguntas, pásate por: Descubre la magia de saber preguntar, y hazte de más herramientas para transformar tu realidad con el lenguaje.
Ahora que hemos arribado a puerto, es tu turno para poner este método a prueba.
¿Por qué será que el método de las aformaciones te funciona tan bien y te permite avanzar hacia tus objetivos?
Anímate a compartir lo que esta pregunta trajo a tu mente.
Será un gusto saber de ti.
Autora:
Cristina Navarrete Landázuri (Cris Del Viento)
Coach ontológico y escritora.
Fundadora de El Refugio del Artista.
Redactora en Axon Training.
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