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coaching y mindfulness

El poder del silencio

¿Quieres cultivar el arte del silencio?

En este artículo encontrarás una breve, pero interesante aproximación al concepto y una estrategia de tres (3) pasos para cultivarlo en tu vida.

Estoy segura de que en repetidas ocasiones te han hablado del poder del silencio, tanto en tu vida profesional como en tu vida personal. 

Y seguramente, tú también estás consciente de que es de gran valor a la hora de tener una conversación efectiva. 

Sin embargo, pocas veces hablamos de lo que realmente es el silencio y de como podemos cultivar este arte para nuestro bienestar y el de nuestro entorno. 

Por eso, hoy te invito a sumergirte conmigo en una definición de silencio mucho más profunda que aquella que podemos encontrar en el diccionario.

El diccionario de la Real Academia Española (RAE) define a silencio (entre otras acepciones) como la “abstención de hablar” o la “falta de ruido”. Y eso está muy bien, pero no lo es todo.

Yo te propongo que para efectos de este artículo vayamos más allá, atrévete a mirar al silencio como un espacio de reflexión, de volver a la calma, de parar, de SER y, para variar, dejar de hacer. 

Si te pones a pensar al respecto, el arte de estar en silencio se ha perdido. Hemos olvidado cómo hacer una pausa, vamos corriendo a todos lados, siempre estamos haciendo algo, y ni siquiera en espacios donde es requerido el silencio, nos es posible permanecer callados y simplemente estar presentes.

Solo piensa en una biblioteca, si alguna vez visitaste alguna, sabrás que al ingresar existen letreros que te piden hacer silencio, y sea como sea siempre hay alguien hablando, y como ese alguien no es solo uno, entonces se vuelve un murmullo, y muy pronto un ruido molesto que te impide concentrarte.

silencio

¿Te das cuenta? Y como ese hay muchos ejemplos, tendemos a sentir que el silencio es por naturaleza incómodo y preferimos llenarlo con charlas vacías, que dejarlo fluir. Pero ¿por qué le tememos tanto? 

Yo siento que a lo mejor tiene que ver con el miedo a quedarnos sol@s con nuestros pensamientos, o a que otros piensen que desconocemos sobre algún tema, o a que alguien nos diga algo que no queremos escuchar si le damos el suficiente tiempo para pensar. 

En el caso de nosotr@s los coaches, terapeutas, counselors u otros profesionales que acompañamos a otras personas, puede ser que nos pase porque a veces creemos tener la respuesta que al cliente le falta, o porque simplemente nos urge ayudarle a resolver su problema.

¿Tú qué opinas? ¿Qué crees que es eso que nos impide amigarnos con el silencio? (Tómate un momento para la reflexión)

Ahora que lo has pensado, ¿qué tal si profundizamos en sus beneficios, para que te vayas enamorando de esta práctica?

Como yo lo siento, el silencio crea espacio en nuestra vida, nos permite hacer una pausa entre momentos, procesar y reflexionar, ver más allá de la superficie y viajar a las profundidades de nuestra existencia. Cuando eliminamos el silencio, nos privamos de la magia de conectar con nosotr@s e incluso con otros a un nivel más profundo. 

Solo en el silencio podemos escuchar los susurros que vienen de nuestro interior. Sí, es cierto, algunos pensamientos que llegan pueden ser ingratos, pero están ahí y por fin podemos verlos, escucharlos y procesarlos; sin embargo, hay otros que nos consuelan, nos brindan alivio y hasta nos impulsan a ir por nuestros sueños.

¿Alguna vez has estado en silencio con un grupo que medita o simplemente comparte un almuerzo? ¿Te ha pasado que estás almorzando con tu familia o amig@s, y tod@s comen calladit@s un@s junto a otr@s?

Si nunca te has fijado, inténtalo, la energía del espacio es casi palpable con las manos. Observa, siente, en el silencio te darás cuenta de que tod@s estamos profundamente conectad@s, a un nivel que sin esa pausa puede pasar desapercibido.

(Busca y encontrarás muchos ejemplos más de como el silencio, una breve pausa, te ayudaron a conectar contigo y con el mundo que te rodea) ¿Qué tal? ¿Cómo vas sintiendo la posibilidad de incluir el silencio en tu vida? 

Espero haber logrado entusiasmarte en la posibilidad de darle espacio al silencio, así será mucho más sencillo que pongas en práctica estas tres (3) efectivas estrategias para hacerle un huequito en tu vida. 

UNO. Empieza en pequeño.

Como todo nuevo hábito que quieras cultivar en tu vida de manera amigable y perdurable en el tiempo, lo ideal es empezar dando pequeños pasos, como cuando empezamos a caminar.

No tengo la menor duda, de que cuanto más tiempo le dediques a la práctica del silencio, mejor será el impacto en tu salud mental, física, emocional y en todos los ámbitos de tu vida. 

Sin embargo, si te sientes tan entusiamad@ que ya estás buscando en internet un retiro de silencio de diez días, ¡detente! Por favor, toma una pausa y mejor empieza lento, porque aunque este retiro puede resultar espectacular una vez que te hayas familiarizado con la práctica, para el primer paso en tu camino puede ser algo demasiado fuerte e incluso contraproducente.  

En lugar de tomar decisiones radicales, te invito a introducir poco a poco pequeños espacios de silencio en tu vida diaria. 

Por ejemplo: Si conduces a diario y vas sol@, hazlo con conciencia plena, como si recién estuvieras aprendiendo a manejar un auto, apaga la música o la radio durante todo el trayecto; si sientes que te cuesta mucho, apágala por un rato y luego vuelve a prenderla y así ve aumentando la duración del ejercicio.

Si viajas en el transporte público, guarda tus auriculares y tu teléfono por un rato, y observa en silencio lo que ocurre a tu alrededor y escucha lo que pasa en tu interior.

Y si por el momento estás en casa, podrías empezar por hacer una pausa de tus labores cada dos horas, mirar a tu alrededor, estirarte, cerrar tus ojos, respirar conscientemente, escuchar los sonidos de tu cuerpo y tu entorno, y volver nuevamente al trabajo.

Incorpora el silencio en cada cosa que hagas, tómate una respiración más profunda para responder a una pregunta o para hacer una. Agrégale presencia y una breve pausa a cada cosa que hagas. Empieza en pequeño y se sentirá más fluido. 

DOS. Dale un lugar a la meditación.

Práctica mindfulness en tu vida

Al igual que con las prácticas cotidianas, no te voy a pedir que hagas cosas imposibles que te hagan sentir frustrad@, pues la idea es que el silencio sea una compañía grata. 

Por ello te quiero proponer que incorpores a tu rutina diaria la técnica de las 100 respiraciones. (Sería genial que incorpores a tu ritual de la mañana o de la noche).

Ya verás que es muy sencilla… Siéntate cómodamente en una silla que tenga espaldar (preferiblemente), inhala profundo, y al exhalar cierra tus ojos.  

Con los ojos cerrados, acomoda bien tu espalda en la silla y apoya tus pies firmemente en el suelo, tráete suavemente al momento presente y empieza a respirar por las fosas nasales y a contar mientras lo haces, de la siguiente manera: inhalas, cuentas mentalmente “uno”, exhalas, cuentas mentalmente “dos”, así hasta llegar a cien (100). 

Respira naturalmente, sin apuro, date tiempo para sentir como se eleva el vientre con cada inhalación y haz las respiraciones más lentas, si quieres conseguir una mayor relajación.

Cuando llegues a cien (100) haz una respiración profunda, tráete al presente, mueve los dedos de las manos y de los pies, y progresivamente mueve todo el cuerpo, cuando te sientas activad@ abre los ojos lentamente, observa a tu alrededor, y retoma tus actividades cotidianas.

Ya verás que poco a poco te sentirás más conectad@ contigo, y el silencio te traerá preguntas y respuestas que con el ruido de la vida jamás hubieras oído.

TRES. Ayúdate del movimiento.

Si sientes que tu mente es particularmente activa y que la sola idea de permanecer 60 segundos en absoluto silencio y quietud te causa angustia. 

No te preocupes, tú también podrás disfrutar de los beneficios del silencio utilizando el movimiento. 

Mover nuestro cuerpo es una excelente forma de calmar al sistema nervioso y a la mente, y esto puede facilitarnos el entrar en un estado de presencia, de “flow”, un estado de conexión con nuestro SER.

Incorpora dentro de tu rutina diaria el ejercicio, puedes elegir el yoga, el taichi, la danza primal o cualquier práctica que maneje los mismos principios a la hora de despertar la conciencia corporal y relacionarte conscientemente con tu cuerpo-mente, emociones y energía. 

Sumérgete en tu práctica, hazlo en presencia, en atención plena, y cuando hayas terminado la rutina, siéntate o acuéstate por un momento, (60 segundos son suficientes), y respira conscientemente.

Ya verás que pronto estarás más de un minuto entregad@ a la práctica del silencio. 

Si eres un@ profesional que acompaña a otros seres humanos en su proceso personal, empieza por ti mism@, y ya verás que pronto serás capaz de regalar a otros el silencio que necesiten a la hora de reflexionar y encontrar sus propias respuestas. 

Cómo siempre, me encanta compartir contigo este espacio de aprendizaje, y espero que lo lleves a la acción y nos cuentes tu experiencia.

Comenta.

Tu compartir, sin duda alguna, será de mucha ayuda e inspiración para tod@s.

Autora:
Cristina Navarrete Landázuri (Cris Del Viento)
Coach ontológico y escritora.
Fundadora de El Refugio del Artista.
Redactora en Axon Training.

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