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el tiempo

¡El tiempo no me alcanza, Auxilio!

¿No entiendes por qué nada de lo que haces para organizar el tiempo te funciona?

En este artículo encontrarás una breve reflexión sobre la distinción: tiempo y cómo gestionarlo, realmente, de manera efectiva.

Hoy quiero pedirte que empecemos desde el principio.

Te invito a que antes de que corras en búsqueda de una estrategia o de técnicas para la gestión del tiempo, identifiques QUÉ realmente significa el tiempo para ti; te invito a que abordemos este concepto tantas veces usado y pocas veces comprendido.

Y ¿Qué es el tiempo?

A lo mejor has sentido al tiempo como un enemigo imbatible que te impide lograr tus metas y objetivos.

Una fuerza conspiradora que evita que avances hacia tus sueños, infranqueable, incomprensible, casi, casi como Cronos, el rey de los titanes y dios del tiempo, que para evitar ser destronado se come a sus hijos y es padre de la destrucción y la furia.  

Estamos tan identificados con ese tiempo cronológico que está en el calendario, ese tiempo lineal que marca las estaciones, los días, los meses, los años; que no hemos caído en la cuenta de que nos limita y nos obliga a vivir como la sociedad nos dicta.

Una sociedad que está construida con base en principios de una era industrial que hoy está caduca, en donde los seres humanos aprendimos a ser solo piezas de una gran maquinaria, condicionados por alarmas y sirenas que nos dictan a que hora debemos trabajar, estudiar, comer e incluso ir al baño.  

Así por ejemplo: si ya pasaste tantos años cronológicos en este planeta, “debes” comportarte de tal o cual manera, “debes” haber logrado esto y aquello, si ya has vivido otro tanto de años, ya “no puedes” vestirte así o decir esas cosas.

El tiempo se ha vuelto tan limitante que no solo nos domina, sino que marca incluso cuando “tienes” o “no tienes” que sentirte de tal o cual manera o cuando “deben” empezar a aparecer en ti los signos de una enfermedad, porque así es en toda tu familia.

Hemos convertido al tiempo lineal en el carcelero de nuestras acciones, en el verdugo de nuestros sueños.

Y hoy te digo todo esto, porque yo también lo he sentido.

el tiempo

¡Pero tranquilo te tengo excelentes noticias!

¿Quieres escucharlas?

Estoy segura de que sí…

Así que, aquí voy:

El tiempo lineal, como lo conocemos, no existe.

Es un concepto que creamos nosotros mismos como seres humanos, sin duda alguna, con muy buenas intenciones: organizarnos, entender las épocas para la siembra y la cosecha, poner límites a las actividades y darnos espacio de descanso, entre muchas otras.

Sin embargo, aun así sigue siendo relativo, pues no es lo mismo el año nuevo en occidente que en oriente; y estoy segura de que si en este momento para ti es lunes, para una persona que esté al otro lado del mundo será martes o miércoles.

¿Te das cuenta?

No estoy tratando de relativizar la importancia del avance en nuestras metas, ni de ponerle un orden a las cosas, ayudándonos de este elemento.

Lo que quiero que tengas claro, es que el tiempo es algo intangible, amanece y anochece sin que sobre ello puedas influir, el tiempo no puede tocarse, adelantarse o retroceder, simplemente está ahí eternamente.

Sí, eso tal vez puede sonar aún más desesperanzador, pero al contrario, lo que quiero mostrarte es que lo mejor es soltar ese deseo de controlar el tiempo, el tiempo no puede ser controlado, es un elemento presente, mas no modificable.

Entonces… a lo mejor pensarás:

Es cierto, todo es muy interesante y tu reflexión parece tener sentido, pero en el mundo actual vivimos con cronogramas, calendarios, plazos que cumplir e incendios que apagar…

¿Qué debo hacer para afrontar todo eso sin morir en el intento?

el tiempo

Sí, es cierto, como ya te comenté, estamos organizados en función de una estructura de tiempo que exige de nosotr@s un cumplimiento.

En ese contexto, quiero invitarte a dejar de basar tu gestión en el tiempo como principio fundamental y más bien, que empieces a hacerlo sobre la base de las metas o proyectos.

A qué me refiero…

Para hacerlo más sencillo te voy a compartir uno de los compromisos que adquirí en un mastermind de productividad al que asistí recientemente, (que aunque más que pacto parece trabalenguas, pero que para mí lo explica todo):

“Me comprometo a: dejar de comprometerme con más de lo que puedo comprometerme”.

Sí, eso es todo.

No sé si te resuena, pero creo que lo primero que debemos hacer para mejorar nuestra productividad y avanzar en nuestras metas, es ser conscientes de que solo contamos con 24 horas en un día, de las cuales debemos dedicarle un buen porcentaje al descanso y el autocuidado para mantenernos en forma y seguir avanzando hacia nuestros objetivos.

Así que, si estás hart@ y cansad@ de que te “falte el tiempo”, vuelve sobre esta reflexión y mira tu situación actual.

¿No será que lo que realmente te falta es salud, organización, firmeza y asertividad para decir que no (cuando sea necesario) o crear conversaciones, que aunque den miedo, son necesarias para establecer límites y respeto mutuo?

Alguna vez te has preguntado, ¿por qué en muchas de las familias el día de una mujer – madre es más largo que el de todos los demás miembros?

¿No será que hay conversaciones que hacen falta?

¿No será que debemos mirar más allá de las horas y los segundos y observar los roles y las creencias que hemos interiorizado que nos mantienen en la sobreexigencia e incapacidad de “gestionar” adecuadamente nuestro tiempo?

Ahora sí, ha llegado la hora de que vayas por esas herramientas; no importa si para ti es más amigable la técnica del Pomodoro o si sincronizas más con los bloques de tiempo o la Única Cosa (The One Thing).

Todas las técnicas son válidas y muy poderosas, siempre y cuando tengas presente que lo primero que debes incorporar en tu vida es el autocuidado, la asertividad, el respeto mutuo, las preguntas y conversaciones necesarias y todo lo que creas pueda ayudar a que tu productividad no solo sea una cuestión de números, sino de salud integral.

Espero que esta reflexión te sea útil y te la lleves para tu casa.

Recuerda. El tiempo va a estar ahí mucho después de que hayamos dejado este plano material, así que ocúpate de poner en orden todo lo demás y ya verás que el tiempo pronto te sobrará.

Nota mental. Elige para empezar una técnica que resuene con tu personalidad y sé constante con ella. Evita saltar de una herramienta a otra, eso empobrece los resultados y te puede causar frustración.

Gracias por leerme.

Si estás interesad@ en mejorar tu productividad sin perder la cabeza, te invito a leer algunos artículos disponibles en el blog sobre diversas técnicas que de seguro te fascinarán; por ejemplo: Gestiona tu tiempo de manera efectiva o El Kaizen aplicado a la transformación personal, estoy segura de que te brindarán la claridad que necesitas.

Comparte tu experiencia en los comentarios.

Siempre es un placer leerte.

Autora:

Cristina Navarrete Landázuri (Cris Del Viento)

Coach ontológico y escritora.

Fundadora de El Refugio del Artista.

Redactora en Axon Training.

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