En este artículo encontrarás una breve reflexión sobre una de las presuposiciones más importantes de la Programación Neurolingüística. Y efectivas recomendaciones para expandir realidad y tu mirada del mundo que te rodea.
¿Te has dado cuenta de que tod@s miramos el mundo de diferente manera?
Sin importar que hayamos vivido en el mismo entorno familiar, en el mismo país e incluso nacido el mismo día; y aunque contemos con un sistema nervioso básicamente igual. Lo cierto es que la manera como nos relacionamos con el entorno es distinta para cada uno de nosotr@s.
Nuestras experiencias sensoriales están influenciadas por la cultura en la que nos desarrollamos, vivencias personales e incluso por nuestra biología.
Por ejemplo, si sufres de miopía tu sentido de la vista percibirá los estímulos del exterior de manera distinta de la de una persona que tiene una visión perfecta.
Así mismo, si tu experiencia con tu madre es distinta a la de tu herman@, pues de seguro tu percepción sobre la relación madre – hij@ será otra.
Es por esta razón que no existen dos personas que tengan los mismos modelos o mapas del mundo.
Aunque estas afirmaciones pueden parecer obvias, a veces en nuestra vida cotidiana y en nuestra práctica como coaches perdemos de vista estas diferencias y pensamos que nuestra verdad es la única.
Por ese motivo, hoy quiero invitarte a reflexionar sobre una de las presuposiciones clave de la Programación Neurolingüística (PNL) que afirma que: “el mapa no es el territorio”.
Para ello quiero empezar compartiendo contigo una metáfora atribuida a la sabiduría popular hindú (aunque en realidad no existe nada confirmado sobre su autoría), que ha sido usada y modificada para diferentes propósitos y que creo que hoy aplica perfectamente para lo que te quiero transmitir.

Y dice así:
Un grupo de 6 sabios ciegos escucharon acerca de la llegada de un exótico animal, llamado elefante, a su pueblo. Pero ninguno de ellos había escuchado jamás de tan extraña criatura.
Así que, ávidos de conocimiento y seguros de sus habilidades para interpretar la realidad y convertirla en verdad absoluta se apresuraron a visitarlo para conocerlo al tacto.
Al llegar al lugar en donde se encontraba el paquidermo, todos se acercaron apresuradamente a él y lo tocaron.
El primer sabio, cuya mano se posó en la trompa, después de examinarlo cuidadosamente dijo: “Este ser es como una serpiente muy grande y gruesa”.
El segundo sabio, que había puesto sus manos en la oreja, dijo: “estás equivocado, es más bien una especie de abanico gigante”.
El tercero que había tomado contacto con la pata replicó: “el elefante es un pilar robusto como el tronco de un árbol”.
El cuarto tomó contacto con el costado del elefante y afirmó con toda certeza: “este animal es como una inmensa pared”.
El quinto solo tuvo oportunidad de alcanzar la cola y lo describió con toda convicción: “Sin duda alguna un elefante tiene la forma de una delgada cuerda”.
El último, que pudo alcanzar su colmillo, declaró: “un elefante es algo duro, liso y con forma de lanza”.
¿Qué te parece? ¿Acaso no es este relato muy similar a lo que nos pasa en la vida diaria?
Cada un@ de nosotr@s podría ser representad@ por alguno de los sabios del relato. Aunque tengamos la fortuna de contar con todos nuestros sentidos, nuestra percepción de la realidad es limitada y no siempre contamos con todas las piezas del rompecabezas.
En términos de la PNL, podríamos decir que todas las personas tenemos un mapa mental sobre lo que consideramos la realidad. Sin embargo, debes tener en cuenta que tu mapa mental, el mío y el de todo ser humano en el planeta se ha ido creando por la forma en la que ha aprendido a procesar la información que recopiló de su realidad.
Así, a medida que crecemos vamos aprendiendo no solo qué es una casa, un lápiz, un perro o una piscina, sino que también vamos integrando interpretaciones sobre las dinámicas de una familia, las costumbres de un espacio geográfico, entre otras experiencias. Y les asignamos valores y significados que luego modelarán nuestras creencias más profundas sobre lo que es la vida y el mundo que nos rodea.
Ahora que hemos profundizado en este concepto, de seguro te estás preguntando:
¿Cuáles son los límites de mi mapa?
¿Voy a ser capaz de expandirlo?
Bueno…
Para responder a esas preguntas, te dejo aún más preguntas y un par de propuestas que estoy segura harán más ligero tu camino.
¿Cuáles son los límites de mi mapa?

Para determinar los límites de tu mapa, te invito a preguntarte:
- ¿Mi mapa enriquece o limita mi vida?
- ¿Lo que pienso sobre las cosas me permite avanzar hacia mis objetivos o resulta ser un obstáculo?
Si al responder a estas preguntas te das cuenta de que tu mapa del mundo te ayuda a ver nuevas opciones, a adaptarte mejor a los cambios y a construir nuevos caminos para ti y para tu entorno, entonces perfecto.
Pero, si te das cuenta de que tu mapa está limitando tu progreso y es un obstáculo para cumplir tus metas, pregúntate:
- ¿Qué sentido tiene continuar alimentando pensamientos que solo evitan que logre mis metas?
- ¿Hay algo que pueda hacer para ver las cosas de forma diferente?
- ¿Qué pierdo con intentarlo?
- ¿Y si miro el territorio (el elefante) desde otros ángulos, con otros ojos?
Si luego de hacerte todas estas preguntas, te das cuenta de que estás list@ para aceptar el desafío de abrirte a nuevas perspectivas, ahora puedes cuestionarte:
¿Cómo puedo expandir mi mapa de la realidad?
¡Te tengo buenas noticias!
Ya has empezado a hacerlo.
El solo hecho de que te hayas dado cuenta de que cada persona ve el mundo de forma distinta y que es vital darte la oportunidad de expandir tu mapa (punto de vista) e ir más allá de tus creencias y limitaciones es un grandioso primer paso.
Ahora, ¿cómo puedes enriquecer y ampliar tu mapa de aquí en adelante?
Primero, permanece atento a tu lenguaje, lo que dices y te dices a lo largo de tu día sobre las cosas que haces o que suceden.
Por ejemplo, si te encuentras diciéndote a ti mism@: “no voy a ser capaz de lograrlo” o “resolver esto será imposible”.
Date un momento para reflexionar sobre tus afirmaciones. Siempre teniendo en mente que esa es tu opinión sobre la situación que se te presenta, es tu interpretación de la realidad desde tus creencias, valores y experiencias.
Siente las emociones que te provocan, ¿pensar de esa forma te genera un estado emocional que ayuda a lograr tus objetivos? O por el contrario, ¿tu lenguaje te limita para avanzar?
Pregúntate qué harías si fueras una persona con la habilidad de resignificar los desafíos de la vida y sortear los obstáculos que se te presentan con sabiduría.
Si sientes que esto te resulta algo retador, busca personas que han atravesado situaciones similares a la tuya y que las han superado con éxito. ¿Qué hicieron? ¿Cómo lo hicieron? ¿Cuál es su actitud frente a la vida?
Observa e imita aquello que te sirva, hasta que logres hacerlo tuyo y transformarlo en un comportamiento propio y natural.

Utiliza tu imaginación para encontrar nuevas formas de interpretar las mismas situaciones que te agobian, estudia nuevas opciones y dales un significado que te resulte más constructivo.
Aplica este principio en tus relaciones. Recuerda que al igual que tú, todas las personas hablan y actúan desde su mapa.
Escucha y observa al otro sin prejuicios. Ten presente que aunque nos encontremos hablando de un mismo tema, cada uno de nosotr@s lo hará desde su mirada, con sus propios filtros y colores.
Espero que estas breves líneas hayan despertado en ti el deseo de explorar más a fondo tu mapa personal y expandirlo más allá de los límites que hasta hoy has mantenido.
Solo recuerda: El mapa no es el territorio.
Gracias por leerme.
Comparte tu experiencia en los comentarios.
Me encantará leerte.
Autora:
Cristina Navarrete Landázuri (Cris Del Viento)
Coach ontológico y escritora.
Fundadora de El Refugio del Artista.
Redactora en Axon Training.

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