¿Cada vez que vas a hablar en público sientes que se te cae el mundo encima? En este artículo encontrarás 7 efectivas y sencillas técnicas para afrontar el miedo a hablar en público sea más ameno y disfrutable.
Aunque he tenido la oportunidad de hablar en público de manera presencial y en línea durante mucho tiempo, la verdad es que nunca dejo de sentirme nerviosa.

Mi profesión de partida es la psicología, luego vino el coaching, y durante ese camino mi naturaleza siempre ha sido la de escritora.
Entonces, como podrás comprender, me siento más cómoda tras bastidores dialogando con mis personajes y mis letras, que saliendo al escenario para hacer una gran presentación.
Una de mis imágenes ideales es la del escritor que vive en un ático en París escribiendo sin parar; escribiendo novelas y cuentos, con un buen gato y un perro a su lado, hablando con sus personajes de manera tan vívida que hasta los puede ver y tocar. O quién sabe, viviendo en una retirada casa de campo, muy, muy lejos de la ciudad.
Sin embargo, no siempre las cosas ocurren como las imaginamos y por una u otra razón terminamos metidos en lugares que nos resultan incómodos.

Ir por la psicología fue mi manera de honrar las expectativas de mi familia y a la vez salvar mi propia vida de los demonios que de una u otra forma a tod@s nos habitan.
En ese lugar de búsqueda y desarrollo personal, una cosa llevó a la otra y terminé trabajando a tiempo completo en torno a mi carrera y así me enamoré de acompañar a otr@s en su camino personal, (alucinando cada vez más con los maravillosos misterios de la mente humana).
Y allí, en ese medio, se fueron presentando situaciones en las que, quisiera o no, debía aprender a hablar en público, a comunicar mis proyectos, ideas y demás expectativas de viva voz y frente a muchas personas.
No te voy a negar que eso sí que ha sido un gran desafío.
Sé lo que es sentir que el corazón se te sale del pecho, que las manos te tiemblan, que te suda la frente, que te duele la panza, y que incluso el pecho se estrecha y te impide respirar correctamente.
La buena noticia es que, como disfruto profundamente del arte en todas sus formas, practiqué el clown por algún tiempo, y creo que eso me dotó de un interesante mecanismo de defensa: “la capacidad de entrar en personaje” (como yo le llamo); me vuelvo loca antes de salir a escena y me siento exhausta después, pero dicen aquellos que me han visto y escuchado que lo hago bien y que si estoy nerviosa: “no se me nota”.
¡Ay! Pero si me vieran cuando dejo el escenario, ya sea físico o virtual, no tienen idea de la cantidad de energía vital que me toma hacerlo, quedo totalmente agotada.
¿Y para ti? ¿Cómo se siente hablar en público?
Espero que te resulte más sencillo que a mí.
Pero, si por el contrario te sientes igual o peor que yo, te quiero compartir algunas técnicas que ayudan a disminuir la ansiedad y hacen, poco a poco, más disfrutable la tarea de hablar en público.
Y si estás pensando, que tú no necesitas hablar en público porque lo tuyo es el acompañamiento uno a uno…
Te invito a pensar que, a lo mejor un día seas tan reconocid@ en tu práctica que alguien te invite a una entrevista de radio, o a compartir un escenario (virtual o físico) con otr@s coaches.
O que tal vez te inviten a dar clases sobre lo que sabes, o quizá tú mism@ quieras crear un curso o incursionar en la práctica del coaching grupal.
O simplemente, que quieras vender o dar a conocer tus servicios con confianza y seguridad.
¿Qué te parece? ¿Te animas?
Sí la respuesta es Sí…
Aquí tienes siete (7) efectivas técnicas para gestionar el miedo a hablar en público:
PRIMERA. Dale la bienvenida a tu ansiedad.
Aunque parezca algo muy sencillo, esta es una estrategia clave para disminuir los niveles de estrés y angustia que puede despertar el hablar en público.

No trates de reprimirla, ni de ocultarla, deja de fingir que no existe.
Sí, sientes ansiedad, reconócelo.
Acepta lo que sientes para que puedas gestionarlo adecuadamente.
Recuerda. Tratar de reprimirlo e ignorarlo solo aumentará la tensión y empeorará los síntomas.
SEGUNDA. Escribe sobre tus miedos.
Aunque algunos de nuestros miedos acerca de hablar en público pueden parecer irracionales, muchas veces nos mantienen secuestrad@s.
Por esa razón al escribirlos, no solo los haremos conscientes para nosotr@s y podremos cuestionarlos, sino que al dejarlos en el papel podremos distanciarnos de ellos y liberarnos simbólicamente de esas cadenas que nos están aprisionando.
Y después de que hayas descargado tu mente de todos esos miedos en el papel, pregúntate:
¿Qué pasaría si todo saliera bien?
Responde con libertad, no te conformes, escribe el mejor escenario posible.
Y en medio de todo, piensa en los problemas que te planteaste al inicio y en cómo los resolverías en esa situación ideal.
Todo esto te permitirá prever posibles dificultades y prevenir que se disparen tus miedos en el momento más inoportuno.

TERCERA. Investiga a profundidad.
Estudia e investiga todo lo que puedas sobre el tema que abordarás antes de empezar a preparar tu ponencia, clase, entrevista o lo que fuera.
Si eres expert@ en el asunto, sin duda te será más fácil contar con documentación de apoyo, sin embargo, es importante que también te ocupes de las críticas y de nuevas o distintas perspectivas al respecto.
Prepárate para cualquier pregunta y para presentar alternativas.
Asegúrate también de contar con ejemplos novedosos, curiosidades que puedan hacer reflexionar a las personas y los últimos estudios que respalden tus ideas.
Si el tema que vas a abordar tiene que ver con tu propio desarrollo personal, no le tengas miedo a compartir tus historias y anécdotas, eso no solo aumentará el compromiso de tu audiencia, sino que te permitirá fluir con el discurso y sentirte más auténtic@.
Cuantas más ideas tengas, menos probable será que te asustes cuando subas al escenario o cuando enciendas la cámara.
CUARTA. Practica, practica y practica.

Date el tiempo para practicar en voz alta el contenido que quieres transmitir.
Es importante que tengas un guion para practicar, pero no te esfuerces en memorizarlo, pues solo te causará más ansiedad la idea de olvidar lo que tenías que decir.
Es una buena estrategia tener una lista de ideas clave que te indiquen el camino, sin convertirse en camisa de fuerza.
La práctica hace que, no solo aumente el rendimiento de tu discurso, sino que le vayas quitando tensión al momento.
Repasa varias veces lo que vas a decir, y si tienes oportunidad graba lo que dices para escucharlo nuevamente e ir mejorando tu presentación.
Escúchate a ti mism@, mírate al espejo y asegúrate de ir puliendo tanto la gestualidad como el discurso en el camino.
QUINTA. Utiliza tu lenguaje para relajarte.
Una excelente estrategia a la hora de hablar en público es la de utilizar el lenguaje conversacional, siempre que sea posible y oportuno.
Evita utilizar lenguaje demasiado formal o términos muy técnicos o rebuscados.
Para transmitir tus ideas de manera más natural, puedes ensayar con alguna persona de tu confianza, y contarle en tus propias palabras de lo que vas a hablar, de esa manera encontrarás palabras sencillas y propias de tu manera de hablar para transmitir lo que quieres.
Además, incluye las preguntas en tu conversación ya sean estas retóricas, de reflexión o que requieran de interacción directa.
Ya verás que si te concentras en lo que quieres transmitir y lo haces más amigable para ti y para los que te escuchan, todos esos miedos van a disminuir.
SEXTA. Cuida tu voz.
Antes de entrar en escena es importante que calientes tu voz, no solo porque es importante el cómo se dicen las cosas, sino para precautelar la salud de tu aparato fonador y relajarlo.
Aunque existen múltiples ejercicios de calentamiento, a continuación te propongo uno bastante sencillo para empezar:
- Relaja tu mandíbula, déjala suelta y cierra suavemente los labios.
- Inhala y luego exhala suavemente mientras tarareas el sonido “mmmm”.
- Repite y cambia “mmmm” por “aaaa” a mitad de la exhalación.
- Repite y combina el sonido “mmmm” con todas las vocales. (maaa, meee, miii…)
- Repite y empieza a tararear una canción que te guste mucho y te resulte relajante y alentadora.
Así podrás activar las diferentes vibraciones de tus labios, dientes y huesos faciales, además de relajar el rostro y cuerpo.
Practica la respiración completa y natural, permitiendo que todo tu cuerpo se involucre y tu voz pueda salir natural y con toda su potencia.
Toma agua para evitar que se te reseque la boca, esta debe estar a temperatura ambiente más tibia que fría, evita tomar líquidos con temperaturas extremas.
Mueve el cuerpo para relajarlo. Da algunos saltos, sacúdete, suelta los hombros.
SÉPTIMA. Haz de las pausas y los silencios tus mejores amig@s.

Como coach debes saber la magia que ocurre gracias al silencio y las pausas en una sesión.
Así mismo, el hacer una pausa de un par de segundos, al contrario de ser perjudicial para tu charla, puede ser de gran beneficio e incluso aumentar la atención y compromiso de tu audiencia.
Si necesitas un momento para pensar, permítete hacer silencio; aunque en momentos de nerviosismo puede parecerte una eternidad, lo más probable es que tu público ni siquiera lo note.
Mantén el foco en el mensaje que quieres transmitir, haz que tus pausas sean conmovedoras y date tiempo para decir tu verdad.
Y por favor, recuerda respirar; inhala, exhala, inhala, exhala…
Respira.
Ha sido un gran privilegio compartir contigo estas breves estrategias, que aunque no son las únicas, de seguro harán de tu hablar en público una experiencia más agradable.
Aplícalas y verás la diferencia.
Comenta tu experiencia y aprendizajes a este respecto, y si tienes más estrategias compártelas.
Será un placer leerte y seguir aprendiendo junto a ti.

Autora:
Cristina Navarrete Landázuri (Cris Del Viento)
Coach ontológico y escritora.
Fundadora de El Refugio del Artista.
Redactora en Axon Training.
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