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Haz del autocuidado una prioridad

En este artículo te sumergirás en el concepto de autocuidado y conocerás un breve paso a paso para crear tu rutina personal.

El primer paso que debemos dar para internarnos en el mundo del cuidado personal es, borrar de nuestra cabeza la falsa idea de que el autocuidado es un acto de egoísmo enfermizo.

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La sociedad, ya sea por cuestiones religiosas, culturales o por cualquier otro motivo, generalmente, ha puesto en nuestra cabeza la idea de que debemos dejarnos de lado para servir a los demás, que ver por nosotros es pernicioso y hasta vergonzoso. 

Tu vida tiene que ser una oda al sacrificio, el dolor y la renuncia, para que “valga la pena”.

Esta mirada no toma en cuenta que, para realizar todas las proezas requeridas y hacer una verdadera contribución en el mundo, necesitas de un cuerpo saludable, de una mente clara y enfocada, de un mundo emocional armonioso, de una energía vital efervescente y de un sentido de vida profundo y poderoso.  

Por eso, si estás lista, si estás listo, para comprometerte con esto, y soltar viejas amarras, sigamos adelante.

¿Qué es el autocuidado?

En pocas palabras, el autocuidado es la práctica de cuidar de nosotras mismas, de nosotros mismos, usando todo el conocimiento y la información que tenemos a mano.

Es tomar la decisión consciente de vigilar, preservar y atender nuestra salud de manera eficiente y conveniente. Incluso, acudiendo a pedir ayuda profesional, si es que lo consideramos necesario.

Cuidarnos significa emprender acciones intencionadas, adoptar hábitos adecuados e implementar estrategias oportunas, para mejorar nuestra calidad de vida en todas las dimensiones de la experiencia vital.  

Es un proceso que va de la mano con el autoconocimiento. Pues, requiere que le pongamos atención plena a lo que nos pasa en el cuerpo, en la mente, en las emociones, y así, poder tomar las decisiones más adecuadas en pro de nuestro bienestar.

Algunas personas mantienen una relación consciente con el autocuidado desde siempre, simplemente, con la intención de mantenerse lo mejor posible. Hay otras, como es mi caso, que nos vemos obligadas a tomar consciencia de su importancia, cuando una situación de salud difícil e ineludible, nos pone cara a cara, con la única alternativa para afrontar nuestra condición y conservarnos funcionales y activas.

Por eso, aunque el autocuidado significa diferentes cosas para cada individuo, y por ende cada una, cada uno, ejecutará diferentes acciones según sea su necesidad, resulta vital que todas y todos adoptemos las mejores prácticas que nos sean posibles, cuando de cuidar de nuestra salud se trata.

Y a todo esto, ¿qué implica el autocuidado?

A breves rasgos, supone incorporar un estilo de vida saludable en todos los aspectos:

  • Evitar hábitos nocivos, como puede ser el consumo de alcohol y otras drogas.
  • Hacer uso responsable de los medicamentos, respetar nuestros ritmos y tiempos.
  • Estar pendientes de nosotros como lo estaríamos de la persona que más amamos.
  • Cuidar nuestras relaciones.
  • Pedir ayuda cuando la necesitemos.

Y entre muchos otros aspectos que hacen parte de nuestro día a día.

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Dos mujeres abrazadas cuidando su relación de amistad

¿Qué beneficios tiene cuidar de mí? 

Aunque, seguramente, ya puedes deducir la mayoría de sus beneficios, es importante que no pierdas de vista, que, aun cuando la tarea que te propongo parece que le añadirá “trabajo duro” a esa cotidianidad ya saturada de actividades, es probable que haga las cosas mucho más fluidas para ti, pues, entre otras bondades, el autocuidado te permitirá:

  • Prevenir la aparición de ciertas condiciones de salud relacionadas con el exceso de estrés, la mala alimentación, la falta de descanso, entre otras causas.
  • Mejorar los tiempos de recuperación de condiciones ya existentes u otras afecciones a lo largo de tu vida.
  • Elevar tu calidad de vida, aun cuando convivas con alguna condición crónica de salud.
  • Reducir la ansiedad y la depresión.
  • Disminuir el estrés y fortalecer la capacidad de resiliencia.
  • Mejorar el estado de ánimo y el rendimiento en general.
  • Aumentar los niveles y la calidad de tu energía.
  • Promover relaciones interpersonales armoniosas.  

Como te habrás dado cuenta, esta práctica es esencial para desarrollar todas las habilidades necesarias, para enfrentarnos a los factores estresantes del entorno. Por lo tanto, debemos dejar de verla como un lujo y colocarla como la prioridad número uno en nuestra agenda.

Entonces, no me queda la menor duda, de que ya te estarás preguntando:

¿Cómo incluyo el autocuidado en mi vida?

Lo primero que debes tener en claro, cuando de cuidar de ti se trata, es que tienes la misión de ponerle atención a 7 áreas básicas que hacen parte de tu ser, estas son:

  • Tu cuerpo físico
  • Tu mente
  • Tus emociones
  • Tu mundo espiritual
  • Tus relaciones sociales
  • La recreación
  • Tu medioambiente (el entorno que te rodea)

Con eso en mente, a continuación te comparto 4 pasos básicos para desarrollar tu plan personalizado de autocuidado

1. Evalúa tus necesidades

Primero, piensa en cada una de las partes que integran tu vida, tu espacio personal, de trabajo, familiar, social, profesional, etcétera.

Segundo, haz una lista de las tareas principales que ocupan tu día, en cada una de esas áreas que has elegido.

Tercero, reflexiona sobre cómo te sientes al respecto de cada uno de estos ámbitos.

  • ¿Qué te anima y te revitaliza?
  • ¿Qué es aquello que drena tu energía?
  • ¿Cómo te sientes al respecto de cada una de las acciones que realizas cada día?
  • ¿Cuál es esa preocupación que te impide descansar por las noches?
  • ¿Cuentas con estrategias para afrontar esas cuestiones que te están angustiando?

Cuarto, identifica cuáles son las áreas que estás descuidando de tu vida.

Por ejemplo, puede ser que estés ocupándote a la perfección de llevar una alimentación adecuada y saludable, pero, a lo mejor, te das cuenta de que no duermes lo suficiente, o de que mantienes relaciones interpersonales que te agotan y desalientan.

Entonces, tal vez necesites fortalecer el autocuidado físico, y hacerte de las herramientas adecuadas para establecer límites saludables en tus relaciones.

Sin perder de vista tus hallazgos…

2. Diseña tus estrategias de autocuidado

Primero, haz una lista de los aspectos de tu vida que descubriste que estás descuidando. 

Segundo, junto a cada uno de ellos, escribe un par de actividades que podrías hacer para mejorar la situación.

Tercero, incluye en tu lista, todas las áreas que piensas que están funcionando a la perfección o que, al menos, te tienen conforme. Añade también posibles acciones que las nutran.

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Mujer escribe y diseña su estrategia de autocuidado

3. Avanza un paso a la vez

No tienes que resolver todo de golpe. Simplemente, elige un pequeñísimo primer paso para cuidarte mejor y empieza con él. 

Procura elegir aquel que consideres será de más ayuda en la tarea de mejorar tu calidad de vida. Si no sabes por cuál decidirte, prueba a hacerte la pregunta clave propuesta por Gary Keller, en su libro The One Thing (la única cosa):

“¿Cuál es esa ÚNICA COSA que puedo hacer, de tal manera que al hacerla, todo lo demás sea más fácil o innecesario?”

Piensa en ese nuevo hábito que si lo adoptas podría convertirse en la piedra angular de una práctica de autocuidado consciente, efectiva y a largo plazo. 

Una vez que tengas tu acción elegida, haz un espacio en tu agenda, preferiblemente antes de empezar con las locuras diarias, o al final del día, cuando le puedas poner toda tu atención. Incluso, si sientes que no tienes tiempo para nada, haz de tu nuevo hábito de autocuidado una prioridad. Cuidar bien de ti te permitirá funcionar de manera más eficiente y productiva.

4. Haz del autocuidado un estilo de vida

Primero, comprométete consciente y profundamente con el primer nuevo hábito que quieres incorporar y cumple con lo agendado.

Segundo, una vez que hayas practicado este nuevo comportamiento, por, al menos, una semana ininterrumpidamente, reflexiona sobre cómo te sientes. 

¿Estás más alegre?, ¿tienes un poco más de energía?, ¿te sientes más calmada, más calmado? O, por el contrario, ¿te está costando demasiado cumplir con lo acordado? 

Examina la situación lo más objetivamente que te sea posible. Si crees que el autocuidado no es lo tuyo y piensas en claudicar, apóyate de otras personas con las que puedas compartir la práctica elegida y así crear una comunidad para impulsarte en momentos de flaqueza y compartir experiencias. 

Contar con un coach, un terapeuta o cualquier otro profesional certificado, según sea el caso, también es una gran idea cuando se trata de tener el acompañamiento adecuado, perseverar y tomar impulso. 

Tercero, una vez que hayas incorporado el hábito deseado, añade nuevas prácticas de tu lista, y sigue la misma ruta.

Y como cuidar de ti no tiene que ser una tarea pesada… 

A continuación te dejo algunas ideas básicas que podrían facilitar en algo tu camino hacia la práctica diaria del autocuidado: 

  • Empezar el día prestando atención a tu respiración por al menos 2 minutos, mientras estableces una intención optimista y alegre para la jornada, nutre el cuerpo, calma las emociones, centra la mente y alimenta el espíritu.
  • Hidratar tu cuerpo a primera hora de la mañana. Te ayuda a liberar toxinas, revitaliza los tejidos y le da a tu cerebro una inyección de energía.
  • Mantener horarios de descanso y comida regulares a lo largo del día, todos los días. Aporta al equilibrio de nuestros procesos biológicos, fisiológicos y metabólicos, además de darle a la mente una sensación de calma, seguridad, enfoque y organización.
  • Escribir sobre lo que nos sucede, nuestros pensamientos, sentimientos y preocupaciones nos permite gestionar mejor las emociones, aclarar la mente, encontrar soluciones a los problemas y disminuir los niveles de estrés, entre muchos otros beneficios.
  • Mantener relaciones profundas, saludables y respetuosas, con personas que comparten tus intereses y preocupaciones. Alimenta el sentido de pertenencia, la seguridad personal, la empatía, la compasión, el amor propio y para con los demás.

Hasta aquí te acompaño, el resto del recorrido depende de ti. 

¿Cuál será la primera actividad que incluirás dentro de tu rutina diaria, para empezar a cuidar de ti?

Anímate a compartir tu experiencia en los comentarios.

Recuerda que tus palabras pueden ser la inspiración que otra persona esté necesitando.

Gracias por pasarte por aquí.

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Autora:

Cristina Navarrete Landázuri (Cris Del Viento)

Coach ontológico y escritora

Fundadora de El Refugio del Artista

Redactora en Axon Training

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2 comentarios


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  • Hola. Me parece de lo mejor que he podido leer aquí, porque es profundo pero enseña pasos concretos. Espero poder poner en practica tus consejos. Muchas gracias!!!

    • Gracias a ti, Roberto.

      Me siento feliz y agradecida de que hayas podido rescatar herramientas útiles para tu vida de esta breve nota. Espero que te animes a ponerlas en marcha y experimentar los beneficios del autocuidado en tu propia vida.

      Un abrazo

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