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Conoce los 7 pilares del autocuidado y transforma tu vida

En este artículo descubrirás los 7 pilares del autocuidado que debes considerar a la hora de velar por tu bienestar integral.

¿Estás cuidando, efectivamente, de ti?

Algunas veces, cuando pensamos en el cuidado personal, solamente, tomamos en cuenta aquello que se encuentra en la superficie. Darnos un baño diario, lavarnos los dientes, usar ropa limpia, peinarnos y, de vez en cuando, ir al gimnasio, nos hacen sentir que no nos hemos abandonado del todo.

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Comer a las horas o dormir adecuadamente, es un lujo de pocos, ni se diga mantener una rutina de autocuidado constante e ininterrumpida.

Las exigencias de nuestra vida cotidiana, a menudo nos arrebatan la posibilidad de detenernos, aunque sea por un momento, para averiguar cómo nos sentimos y darnos la atención que merecemos y necesitamos, para seguir cumpliendo con las demandas del mundo veloz, hiperconectado e impredecible en el que vivimos.

La cuestión es que, practicar el autocuidado, no es algo que podamos postergar por demasiado tiempo, pues, “tratarnos mal”, por así decirlo, nos pasará la factura, tarde o temprano.

Si lo que quieres, es ser una persona productiva, que el día te rinda al máximo, poder compartir con tus seres amados, viajar, construir tus sueños, experimentar una vida plena y disfrutar genuinamente de todos tus logros, lo primero que debes incluir en tu agenda es cuidar de ti. Tú eres tu recurso más valioso y sin él no estarías experimentado esta vida.

Para ello, quiero compartirte todos los elementos que deberás tomar en cuenta cuando de practicar el autocuidado se trata.

Vamos a ello…  

¿Cuáles son los pilares del autocuidado?

Cada parte del ser integral que somos requiere de atención específica. Ya sea que estemos en perfectas condiciones de salud o que tengamos que poner particular atención a una porción de nuestra vida, debemos incluir todos los elementos que forman parte de este hermoso rompecabezas humano que somos, para lograr una genuina armonía.

Aunque todas las piezas están interconectadas, para efectos didácticos hablaremos de 7 ámbitos específicos de acción.

1. Físico

Cuidar de tu cuerpo influirá directamente en tu desempeño intelectual y en la calidad de tus reacciones emocionales; si te ocupas de él adecuadamente, pensarás y te sentirás mejor. 

Recuerda que este cuerpo humano en el que habitamos es el ejecutor de muchas de las tareas cotidianas que llevamos a cabo, por lo tanto, si él no puede ayudarnos en nuestra cruzada, no importa cuanto deseemos escalar esa montaña, simplemente, terminará siendo solo una idea en nuestra mente.

El autocuidado físico considera factores como:

  • Cantidad y calidad de sueño.
  • Ejercicio físico adecuado a tus necesidades particulares.
  • Nutrición e hidratación oportuna, apropiada y suficiente.
  • Respiración correcta.
  • Higiene y mantenimiento del cuerpo, en general.
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Mujeres potenciando su autocuidado haciendo ejercicio

Algunas preguntas que puedes hacerte para saber cómo te encuentras en esta área, son:

  • ¿Te resulta fácil quedarte dormida, quedarte dormido, cuando te acuestas por la noche?
  • ¿Te levantas descansada, descansado, por las mañanas?
  • ¿Percibes que los alimentos que consumes te devuelven la energía o, más bien, te aletargan?
  • ¿En realidad, te fijas en la calidad de tu salud?
  • ¿Haces suficiente y adecuado ejercicio?

Si sientes que has descuidado a tu fiel escudero, prueba a empezar con pequeños grandes cambios, como por ejemplo:

  • Toma un vaso de agua caliente en la mañana, antes del desayuno. 
  • Diseña un horario fijo de comidas y descanso.
  • Empieza una breve rutina de ejercicio, aunque solo sea, caminar un par de cuadras diariamente o estirar y flexibilizar tus articulaciones.

2. Mental

La forma en que piensas sobre lo que sucede a tu alrededor y las ideas con las que alimentas a tu mente, influyen de manera exponencial en tu salud emocional y física. Además, afectan directamente a la calidad de las decisiones que tomas y de las relaciones que mantienes con otras personas y contigo misma, contigo mismo. 

Por eso, es importante que tendamos a realizar actividades que fomenten una mentalidad de crecimiento, pensamientos compasivos y una mirada optimista de la vida.

Entre otros elementos, el autocuidado mental contempla:

  • Cultivar la atención plena y la curiosidad.
  • Promover la creatividad, el enfoque y la flexibilidad.
  • Estimular el diálogo interno, positivo, compasivo y proactivo.
  • Favorecer el aprendizaje continuo y la actualización.

Para darte una idea rápida de cómo te encuentras en esta esfera de tu vida, pregúntate:

  • ¿Qué es lo primero que viene a tu cabeza cuando te levantas por la mañana?
  • Cuando las cosas no salen como esperas, ¿qué te dices?
  • ¿Tienes un tiempo asignado en tu agenda para aprender algo nuevo o fortalecer alguna habilidad?
  • ¿Eres capaz de permanecer presente en el aquí y el ahora? ¿O tu mente está saltando constantemente entre los arrepentimientos del pasado y las angustias de un futuro incierto?

Si quieres darle un empujoncito de confianza a tu mente, prueba con estas actividades:

  • Tómate un descanso voluntario de la tecnología y el internet, por lo menos un día al mes, o empieza por una hora diaria.
  • Arma rompecabezas.
  • Incluye en tu agenda un bloque de tiempo para aprender algo que siempre hayas querido saber. 

La autocompasión, también puede ser de gran ayuda, si de cuidar de tu mente se trata, no dudes en pasarte por: Cultiva la compasión para contigo, si quieres incluirla en tu vida.

3. Emocional

La gestión emocional es clave cuando de salud integral hablamos. Contar con habilidades de afrontamiento adecuadas para lidiar con las emociones incómodas y enfrentar todos los retos que nos presenta la vida, resulta esencial, si queremos crear relaciones saludables, perseverar en la consecución de nuestras metas y tener una existencia plena.

Todo lo que hacemos en nuestra vida está permeado por las emociones que atravesamos, por esa razón, es fundamental aprender a percibirlas, valorarlas, expresarlas, regularlas y gestionarlas para que, en lugar de ser percibidas como un obstáculo, faciliten nuestra vida, procesos y decisiones. 

En este contexto, el autocuidado emocional, implica, entre otras cuestiones:

  • Dedicar un tiempo a escuchar y procesar las emociones, tanto agradables como incómodas. 
  • Incluir estrategias efectivas y saludables de gestión y regulación emocional.
  • Establecer límites adecuados para proteger tu tiempo y tu energía.

Para evaluar cómo estás en el terreno de lo emocional, reflexiona: 

  • ¿Distingues claramente las emociones que experimentas en las diferentes situaciones que atraviesas a diario?
  • ¿Te sientes secuestrada, secuestrado, por tus emociones o, por el contrario, son tus aliadas?
  • ¿Realizas alguna actividad que te permita canalizar la energía emocional?

Ahora, si te animas a impulsar tu dominio emocional, podrías empezar por: 

  • Hablar de tus emociones con otras personas, (elige a alguien de confianza para empezar).
  • Registrar tus sentimientos en un diario emocional. 
  • Decir que no, cuando quieras decir que no.
  • Agendar una cita contigo misma, contigo mismo, para hacer algo que disfrutes.

En caso de que quieras incorporar más estrategias a tu kit de herramientas emocionales, no dudes en pasarte por: Gestión emocional, ¡aprende a vivir en plenitud!, estoy segura de que te será de gran ayuda.

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Hombre se pregunta a sí mismo cómo está en el terreno de lo emocional

4. Espiritual

Alimentar el espíritu, no es una cuestión de religión, más bien, implica todo aquello que hacemos para desarrollar un sentido profundo de vida, de conexión con ese vasto universo del que formamos parte.

El autocuidado espiritual consiste en cuidar el alma, realizando actividades que nos doten de una sensación de valía personal, propósito y contribución.

En este caso particular, cada una de nosotras, cada uno de nosotros, según sean nuestras creencias y valores, tenemos nuestra propia mirada sobre la espiritualidad, sus rituales y prácticas. 

Para examinar tu mundo espiritual, indaga:

  • ¿Qué preguntas te haces sobre tu experiencia vital?
  • ¿Tienes claro ese “para qué”, la razón profunda que moviliza tu vida?
  • ¿Cuáles son tus valores maestros, tus negociables y no negociables?

Por otro lado, si quieres alimentar tu vida espiritual, puedes:

  • Dar un paseo por la naturaleza.
  • Meditar con la intención de conectar con quién eres genuinamente, más allá de títulos y etiquetas mundanos. 
  • Unirte a una causa en la que creas y colaborar con ella.  

5. Social

Aunque yo no soy, lo que se dice: “una mariposa social”, no puedo dejar de mencionar este pilar, pues, la calidad de las relaciones interpersonales que mantenemos a diario influyen profundamente en nuestra salud mental, emocional y física.  

Saber que contamos con otros, en momentos de celebración y de angustia, es de gran ayuda para mantener nuestro bienestar general. Y, como cada persona tiene su propio termómetro social, tú debes determinar cuáles son tus necesidades a este respecto y dedicar el tiempo necesario para crear una vida social óptima.

El autocuidado social conlleva, principalmente, el cultivar relaciones sanas y profundas con personas que te entiendan y te respeten. Consiste en promover conexiones sociales positivas para tu vida, que alimenten un sentimiento de pertenencia, aceptación y amor.

Para revisar cómo va tu autocuidado social, piensa en lo siguiente:

  • ¿Cómo te sientes junto a las personas que forman parte de tu círculo social, actualmente?
  • ¿Quién es esa persona que alegra tu día y te hace sentir valiosa, valioso?
  • ¿Quién es esa persona que, al contrario, te hace sentir disminuida, disminuido?
  • ¿Qué haces para cultivar relaciones edificantes con las personas que te rodean?

Y si, al igual que a mí, te cuesta un poquito abrirte al mundo, prueba con:

  • Pasar tiempo con personas con las que te sientas a gusto.
  • Buscar un foro o comunidad en línea que tenga tus mismos intereses y preocupaciones.
  • Escribir cartas para personas queridas, aunque no se las envíes.

Adicionalmente, contar con herramientas para comunicarte de manera asertiva y no violenta, es una gran idea cuando se trata de construir relaciones saludables, por eso, si te animas, no dejes de visitar: 4 claves para una comunicación no violenta, te será de mucha utilidad.

6. Recreativo

La recreación, el ocio y el tiempo libre son ingredientes clave para lograr una vida plena y armoniosa. 

El autocuidado recreativo se ocupa de atender a tu niña interior, a tu niño interior, de devolverte la energía y la vitalidad para continuar cumpliendo con las exigencias de la vida adulta, sin perder la perspectiva de lo que es, verdaderamente, importante.

En este caso, no hace falta que te preguntes mucho, lo más seguro es que, si vives la ajetreada vida de la mayoría de la “gente adulta”, estás necesitando algo de diversión y entretenimiento.

Para empezar, considera incluir en tu agenda:

  • Un espacio para tus aficiones y actividades creativas.
  • Una salida de aventura, paseo o viaje.
  • Un tiempo para estar a solas contigo, sin hacer nada y disfrutarlo.
  • Una hora de juegos de mesa o videojuegos, según tu preferencia.  

7. Medioambiental

Cuidar el espacio que te rodea es fundamental para alimentar todos los ámbitos de tu vida. Un lugar ordenado y limpio favorece a la productividad, calma los sentidos, aclara la mente, alegra el corazón y te permite avanzar con paso firme hacia lo que deseas. 

Observa a tu alrededor y mejora aquello que esté en tus manos, puedes empezar por:

  • Ordenar tu espacio de trabajo, no importa si es una gran oficina o solo una modesta mesita en la esquina de tu habitación.
  • Despejar tu armario de ropa que ya no usas, donarla o desecharla, según la condición en que se encuentre.
  • Procurar que tu lugar de trabajo, vivienda o estudio, agrade a los 5 sentidos. (Por ejemplo: encender velas e inciensos, mantener una iluminación cómoda, colocar música adecuada para la actividad que realizas, tener a mano una bebida caliente, vestir cómodamente, tener limpios pasillos y corredores, etcétera.)

Una rutina de autocuidado efectiva integra todos los elementos que hemos abordado, sin embargo, algunas veces deberás priorizar algún área, con la intención de restaurar la armonía o hacerle frente a algún desafío específico que estés atravesando. Haz lo que sea adecuado para ti.

Listo. Ahora es tu turno.

¿Cuál es el primer ámbito de tu vida que vas a fortalecer?, ¿cuándo empiezas?

No dudes en compartir tu experiencia en los comentarios.

Siempre es un gusto saber de ti.

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Autora:

Cristina Navarrete Landázuri (Cris Del Viento)

Coach ontológico y escritora

Fundadora de El Refugio del Artista

Redactora en Axon Training

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1 comentario


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