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5 estrategias para mejorar tu velocidad de lectura

En este artículo encontrarás 5 recomendaciones para mejorar tu capacidad de enfoque, comprensión y velocidad de lectura.

¿Te encanta leer? ¿Disfrutas leyendo ficción, libros científicos y temas de desarrollo personal? 

¿Aunque leer no es tu actividad favorita, lo haces para mantenerte al día y avanzar en tu ejercicio profesional?

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¿Leer es una verdadera tortura, pero no tienes otra alternativa si quieres ir al ritmo de este mundo tan veloz?

Sea cual sea tu situación, debes reconocer que, en un mundo en donde un alto porcentaje del conocimiento se encuentra disponible en forma escrita, ya sea en formatos físicos o digitales, la necesidad de incorporar estrategias efectivas de lectura que mejoren tu velocidad, comprensión y entendimiento, es vital.

Por eso, aunque existen diversas metodologías y sistemas para alcanzar este objetivo, he rescatado algunas ideas que, a mi parecer, son clave para iniciar en el buen camino de leer productivamente, en una época en la que podemos perdernos fácilmente en una montaña infranqueable de información. Si quieres conocerlas, acompáñame.

5 recomendaciones para mejorar la calidad y velocidad de tu lectura 

Aunque parecería absurdo pensar que leer nos resulte agobiante, cuando es algo que hacemos desde muy temprana edad, la realidad es que, a muchas personas, nos cuesta combinar comprensión y velocidad.

Tenemos a nuestro alrededor un sinnúmero de distracciones, la información llega a nosotros de todas partes, el ruido externo y el de nuestros propios pensamientos pueden hacer imposible que logremos poner atención a esta tarea, que por cierto, requiere de nuestro total compromiso para dar sus frutos.

Así que, sin más preámbulos, vamos al meollo del asunto.

1. Prepárate para leer

¿Has visto que los atletas calientan, estiran y hasta meditan antes de una carrera?

La misma rutina es requerida para procesar información mediante la lectura, nuestro cerebro necesita de preparación para afrontar una maratón de lectura. 

Para ello, hay tres cosas que puedes hacer: 

  • Mover el cuerpo. Hacer una rutina de ejercicio, bailar, estirarte, todo es válido.
  • Respirar. Inhalar y exhalar profunda, lenta y conscientemente, al menos cinco veces, calmará la mente y te pondrá en el momento presente. (Cierra los ojos para mayor relajación)
  • Hidratar. El cerebro es muy sediento, necesita una buena dosis de agua si lo quieres atento y despierto a la hora de la lectura.

Toma recesos periódicos y repite las actividades de preparación, estas te servirán para recargar energías.

2. Armoniza tu ambiente de lectura

Aunque es posible que debamos repasar textos o analizar materiales en espacios no muy cómodos, tal vez camino al trabajo o la universidad, en la fila del supermercado o en una zona ruidosa de la cual no tenemos mayor control, es aconsejable que busquemos la manera de contar con un espacio de lectura adecuado para esta labor. 

Si dispones de ese sitio para realizar tus investigaciones y aprendizajes, toma en cuenta los siguientes elementos:

  • La temperatura del lugar debe ser templada, ni fría, ni caliente, simplemente, cómoda. Si el espacio no te ayuda, procura suplir esta necesidad con la vestimenta.
  • La iluminación adecuada para tus ojos, de tal manera que los sientas descansados, que puedan distinguir las palabras sin esfuerzo y que no se sientan sobreestimulados. La luz natural es lo más aconsejable.

En caso que suelas leer en un dispositivo electrónico, procura graduar el brillo de la pantalla a la misma intensidad de la iluminación de tu entorno.

  • Silencio y tranquilidad, controlar los niveles de ruido exterior te ayudará a mantener el enfoque y mejorará la concentración.

Si por cualquier razón, no tienes control sobre el sonido ambiente, crea una lista de reproducción de música, preferiblemente instrumental, el género es lo de menos, siempre que te ayude a calmar la mente y te aísle de los distractores externos.

Adapta estos requerimientos a tu situación particular, procurando siempre que tu espacio de lectura sea cómodo, iluminado, organizado, limpio y agradable.

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Mujer lee un libro en un espacio tranquilo y silencioso

3. Potencia tu velocidad y enfoque

Este hack que te voy a compartir, es el más conocido del mundo. Yo, personalmente, lo utilizo sin vergüenza ni reparo. 

El secreto es…

Vuelve a los años infantiles, antes de que te obligarán a dejar de pasar el dedo por la página, como si eso fuera una total deshonra. De hoy en adelante, usa un marcador visual

Usa el dedo, un lápiz, una pluma digital, o el cursor de la computadora para subrayar las palabras a medida que las lees. No hace falta que toques el papel o la pantalla, solo empléalo para dirigir tu atención. Verás como tu velocidad y capacidad de enfoque mejoran notablemente.

Y ¿por qué funciona?

Jim Kwik, coach experto en la optimización del desempeño cerebral, dice que hay dos motivos principales por los que esta técnica funciona:

Primero, los ojos se sienten atraídos por el movimiento. Esta habilidad forma parte de nuestro instinto de sobrevivencia. En tiempos antiguos, estar atentos a los movimientos de nuestro entorno nos permitía tomar precauciones ante la posibilidad de una amenaza o nos daba la oportunidad de encontrar una presa que pudiera alimentarnos. 

Por eso, leer con un marcador visual mejora la concentración, ya que, nuestra atención es atraída por el desplazamiento de nuestra ayuda técnica sobre la información.

Segundo, la vista y el tacto están relacionados. Aunque parecería que desempeñan funciones separadas, nuestros sentidos se encuentran conectados unos con los otros.

Por ejemplo, el olor de la comida activa también nuestro sentido del gusto, por esa razón, cuando tenemos la nariz congestionada, la comida nos resulta insípida.

Lo mismo sucede con nuestra visión y tacto, si los pones a trabajar en conjunto, te sentirás mucho más en contacto con tu lectura.  

Si quieres comprobar la eficacia de esta herramienta, coloca un temporizador, lee un texto de tu elección durante un par de minutos, sin utilizar ningún tipo de ayuda (ni siquiera el dedo). Luego, hazte de un marcador visual y vuelve a leer durante la misma cantidad de tiempo. 

¿Cuántas líneas leíste en el primer intento? ¿Y en el segundo? Ya verás que pronto te darás cuenta de las mejoras, tanto en velocidad como en tu capacidad de retención y comprensión lectora.

No te frustres si tus resultados no son los esperados, recuerda que cada persona es un mundo, tenemos nuestros propios ritmos, tiempos y estilos de aprendizaje. Sé paciente. 

4. Familiarízate con el contenido

Aunque esta práctica puede parecer, a primera vista, una pérdida de tiempo, en realidad ayuda a fortalecer tu capacidad de retención y aprendizaje. Además, crea contexto, despierta tu memoria y genera curiosidad sobre el material que estás a punto de explorar. 

Empecemos el recorrido…

Primero, ve por las imágenes, fotos, tablas, gráficos, cualquier cosa que no sea texto. Esto te permitirá identificar las áreas de interés, no importa que no las entiendas del todo.

Luego, elabora un glosario de palabras clave. Fíjate si el libro, texto o publicación que quieres abordar contiene un glosario de palabras clave que faciliten su comprensión, revísalo.

Si no lo tiene, escribe las palabras que te resulten importantes o desconocidas, mientras realizas la siguiente fase de esta tarea. 

Este paso es vital, especialmente, cuando estás incursionando en un área del conocimiento que es nueva para ti.  

Posteriormente, lee las ubicaciones clave. Examina la portada, contraportada, introducción, tabla de contenidos, bibliografía, cuadros de resumen y toda nota destacada que te parezca significativa.

Recuerda apuntar las palabras que consideres relevantes o desconocidas. 

Por último, haz preguntas. Plantéate entre 5 y 9 preguntas vinculadas con el texto que has leído hasta este punto, pueden estar relacionadas con el significado de las palabras que te resultan extrañas o con el contenido en sí mismo. 

Ahora que has podido darle una primera mirada al texto, determina si incluye datos relacionados con lo que quieres investigar, si es así, disponte a la lectura, si no, busca una nueva fuente de información.

Puedes aplicar este proceso, ya sea a un solo capítulo, a un texto completo, a un artículo o cualquier tipo de publicación de la que necesites sacar el máximo provecho.

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Mujer lee y se familiariza con el contenido

5. Optimiza las condiciones de lectura en dispositivos electrónicos

Actualmente, un alto porcentaje de nuestro material de lectura se encuentra en formato digital, por eso también es necesario contar con algunas ideas para mejorar el desempeño y proteger nuestra salud visual.

Vamos a ello…

1. Ajusta la configuración del monitor

Unos pocos ajustes pueden ser suficientes para mejorar tu relación con la lectura.

Primero, procura que la pantalla de tu ordenador esté paralela al nivel de tus ojos. 

Segundo, como ya lo hablamos en la sección sobre armonizar tu espacio de lectura, adapta el brillo de la pantalla a la iluminación del entorno.

Para regular este factor puedes abrir un documento en blanco y mirarlo fijamente durante unos segundos, si sientes que es demasiado deslumbrante y te molesta, el brillo está demasiado alto; si, por el contrario, notas que la hoja se ve algo grisácea y opaca, el brillo es deficiente. Regula esta característica hasta que mirar la pantalla te resulte cómodo y natural. 

Tercero, regula el tamaño del texto a tus propias necesidades, de tal manera que puedas mantener una posición erguida y cómoda, y que no necesites acercarte demasiado a la pantalla.

2. Usa el modo lectura

Muchos de los buscadores más utilizados tienen esta funcionalidad, si no sabes en dónde encontrarla, consulta sobre esta modalidad en el tuyo y actívala.

En caso de que tu navegador no tenga esta facilidad, busca una aplicación o complemento que te permita aplicar esta característica a voluntad. 

Si, por otro lado, estás leyendo un archivo digital fuera de línea, activa el modo lectura o pantalla completa en el programa que estés usando.

Pero ¿qué hace el modo lectura?, ¿cómo me ayuda?, te estarás preguntando.

La cuestión es que esta característica es muy útil cuando queremos evitar distracciones al momento de estudiar un contenido. Es especialmente efectiva cuando leemos en línea y la página web en donde se encuentra la información no está muy bien diseñada o la fuente empleada es difícil de comprender. 

Este modo alterará el aspecto del sitio web y cambiará el tamaño y estilo de fuente para que la lectura resulte más ágil y fluida.

3. Utiliza herramientas especializadas

Si tienes la posibilidad, hazte de una tableta para lectura, también llamada e-reader, estos dispositivos son distintos a las tabletas comunes, tienen utilidades y complementos que facilitan la tarea, pues están hechos específicamente para ayudar a la lectura y proteger, en alguna medida, nuestra salud visual. 

Aunque hemos llegado al final del camino, no quiero despedirme, sin antes dejarte una última recomendación que, como solemos decir en mi país, es la cereza de la torta, porque no solamente ayuda a la mejor comprensión de los contenidos estudiados, sino que favorece a la retención de los conocimientos y la memoria de largo plazo:

Pon lo aprendido en tus propias palabras y explícaselo a alguien más

Si quieres hacerte de más recursos para lidiar efectivamente con la sobrecarga de información que tenemos en la vida actual, pásate por: Sobrecarga de información: ¿cómo gestionarla?

Gracias por acompañarme hasta aquí, ahora es tu turno:

¿Cuál será tu primer paso hacia una lectura veloz y comprensiva, en un mundo inundado de información?

Comparte tu experiencia en los comentarios.

Será un gusto saber de ti.

Autora:

Cristina Navarrete Landázuri (Cris Del Viento)

Coach ontológico y escritora

Fundadora de El Refugio del Artista

Redactora en Axon Training

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1 comentario


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