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Ofrecer disculpas: di “lo siento” y salva tus relaciones

En este artículo encontrarás una estrategia de 5 pasos para ofrecer disculpas sentidas y honestas; y abrir la puerta para sanar tus relaciones. 

¿Alguna vez has dicho algo que ha lastimado a un ser querido?

¿Has actuado de tal forma que una relación se ha fracturado?

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¿Has tomado una decisión poco reflexiva que ha perjudicado a otros?

Sin miedo a equivocarme, diré que respondiste que sí, al menos, a una de estas preguntas. 

Todas las personas cometemos errores, tenemos malos momentos o tomamos decisiones que quisiéramos no haber tomado. Creo que no existe un solo ser humano en el mundo que sea infalible y jamás haya ofendido o dañado a otros, ya sea consciente o inconscientemente. 

La cuestión es que, siendo el cometer errores parte de nuestra naturaleza de aprendices, también es nuestra responsabilidad cultivar el hábito de responsabilizarnos de nuestros actos, reconocer nuestros puntos flacos y disculparnos.

Y ¿en qué consiste esto de disculparse?

Básicamente, valga la redundancia, es la acción de ofrecer una disculpa por aquellas acciones, gestos o palabras que han causado daño o malestar a otra persona.

Podríamos decir que es una declaración que consta de tres elementos básicos:

  • Una sincera demostración de nuestro arrepentimiento
  • El reconocimiento del daño que nuestros actos causaron
  • Un serio compromiso de mejorar las cosas o evitar las conductas nocivas. 

Una disculpa genuina, sincera y sentida puede ser a veces la forma más significativa de corregir un error y tender puentes.

¿Cuáles son los beneficios de pedir disculpas?

Pongámoslo de esta manera, la disposición para disculparnos es casi tan importante para nuestra salud mental y para la construcción de relaciones saludables, como lo es nuestra capacidad de perdonar.

Aprender el arte de disculparnos eficazmente reduce, significativamente, los efectos negativos del conflicto, fortalece las relaciones y crea el espacio propicio para el perdón. 

Además, pedir disculpas refuerza las normas de una relación. Si hemos hecho algo que va en contra de los acuerdos establecidos, el reconocerlo le dice a la otra persona que estamos de acuerdo en respetar dichas reglas y que haremos lo necesario para evitar comportamientos que las vulneren.  

Por otro lado, restablece la dignidad de quien ha sido dañado, le quita culpas que no tiene, le reconoce su derecho a sentirse herido y lo coloca en un lugar emocional más seguro para procesar lo sucedido y en el mejor de los casos, perdonar.  

También, repara las relaciones, pues al expresar nuestro verdadero arrepentimiento, abrimos puertas al diálogo, le damos al vínculo la relevancia que merece y empezamos a generar nuevos puentes de comunicación y confianza.

Y, como si esto fuera poco, nos ayuda a recobrar la confianza y a alimentar la autoestima. Cuando ofrecemos una disculpa sincera reconocemos nuestro poder personal, que podemos cometer errores y corregirlos, que somos confiables y capaces de ajustar el rumbo para reforzar nuestras cualidades y minimizar los tropiezos. Nos da herramientas para actuar mejor en el futuro, y al mismo tiempo, nos permite restaurar la integridad perdida ante los demás.

Pero ¿por qué es difícil hacerlo?

Estarás de acuerdo conmigo que pedir disculpas es una acción que resulta beneficiosa para las dos partes de un conflicto o situación, que, definitivamente, podría solucionar muchos de los problemas del mundo. Entonces, ¿qué hace que reconocer nuestros errores sea tan incómodo?

La cuestión es que disculparse requiere de una buena cuota de valor, humildad, madurez y confianza, más aún cuando no estamos seguras, seguros, de que nuestra oferta de paz será aceptada. La idea del rechazo, de escuchar los reproches e incluso de recibir un aterrador silencio por respuesta, nos detienen.  

Además, aceptar nuestras equivocaciones, “meteduras de pata”, desatinos y demás debilidades, no es cosa sencilla, requerimos conectar con nuestras partes más vulnerables y mostrarnos sin máscaras ni armaduras.

También, la vergüenza y la culpa pueden ser un obstáculo para que mostremos lo mejor de nosotras, de nosotros, y logremos reivindicarnos.

Por eso, es importante contar con una estrategia que nos guíe en el camino y que además esté reforzada por un genuino deseo de reparar el daño.  

Vamos a ello…

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Mujer le pide disculpas a su pareja

5 pasos para pedir disculpas apropiadamente 

Antes de iniciar con el proceso, es vital que te des un tiempo para analizar lo sucedido de la manera más objetiva que te sea posible, que pruebes a ponerte en el lugar de la otra persona y también transites por tus propias emociones. Una vez que hayas establecido claramente tu responsabilidad en la situación, puedes avanzar al primer paso. 

Te hago esta recomendación, porque algunas personas tendemos a disculparnos, aun sin tener responsabilidad en el asunto, para evitar el conflicto o conservar la relación, sin importar cuán dañina pueda ser para nosotras, para nosotros. Esto, al contrario de reforzar nuestra autoestima o sanar un vínculo, lo lesiona más y menoscaba nuestra valía personal.  

Ahora, que estás segura, seguro de que eres responsable de lo sucedido, empecemos:

1. Reconoce tu falta

Crea un espacio propicio para el diálogo y de ser posible empieza con frases como: “lo siento…” o “me disculpo…”.

Generalmente, tendemos a decir “te pido perdón”, “perdóname”, “discúlpame” o “te pido disculpas”; si observas cuidadosamente estas palabras, te darás cuenta de que cuando las decimos estamos depositando el peso del “perdón” en la otra persona. Es como decirle: “qué conste que yo ya hice mi parte, ahora es tu responsabilidad perdonarme”.

Seguramente, aunque hayas dicho esas frases, esa no ha sido tu intención, sin embargo, el lenguaje tiene mucho poder sobre nosotros e inconscientemente la otra persona sentirá el peso de tus palabras, incluso, percibirá que tiene la obligación de perdonarte.

Claro que queremos que nos disculpen, pero debe ser un juego limpio y genuino, sin ases en la manga, ni estrategias de manipulación.

Una frase para empezar la conversación, podría ser: “Me disculpo por haberte gritado. Me siento avergonzada por mi actitud.” 

2. Empatiza con la otra persona 

Evita la tentación de empezar tu discurso con una serie de explicaciones, pues estas pueden ser percibidas en primera instancia como excusas o maneras de “echarle la culpa” al otro.  

Admite tu responsabilidad y prioriza las emociones que puedan haber aflorado en la otra persona. 

Siguiendo con el ejemplo anterior: “Me disculpo por haberte gritado. Me siento avergonzada por mi actitud. Sé que herí tus sentimientos y te avergoncé en público. No debí reaccionar así.”

Luego, si lo necesitas y la situación lo requiere, explica las razones por las cuales reaccionaste de esa manera tan abrupta e indebida.

Recuerda. Tus palabras deben ser honestas y respetuosas. Sé sincera contigo misma, sé sincero contigo mismo, y con la otra persona. No pidas disculpas con segundas intenciones o como un medio para conseguir un fin, ajeno a reparar el vínculo.

3. Corrige el rumbo

No te quedes en las palabras, ciertas situaciones requieren que tomes acción y hagas algo para reparar el dolor que has causado.

Pregunta: “¿Hay algo que yo pueda hacer para enmendar el daño?” 

Escucha la respuesta, conversa abiertamente, identifica junto con la persona aquello que podría mejorar las cosas, habla sobre los pasos que podrían dar para sanar las heridas.  

Reconoce los aspectos en los que tienes que trabajar y llega a acuerdos que te impulsen a lograr cambios positivos.

Adicionalmente, puedes esforzarte un poco más, tener un gran gesto que muestre tu arrepentimiento y deseo de crecer como ser humano. Prepara una cena, haz un obsequio, ayuda en algo que el otro necesite, muestra tu genuina disposición para sanar la relación.

4. Comprométete con el cambio

Lo ideal es que no tengamos que disculparnos constantemente por la misma cuestión, por eso, resulta indispensable que hagas un compromiso explícito de transformar aquello que está causando el conflicto.  

Esta sola acción es de gran ayuda para restablecer la confianza y reparar la relación en el largo plazo.

Una frase como: “Desde hoy, me comprometo a gestionar mejor el estrés y evitar explosiones emocionales de esta clase, haré lo que sea necesario, pero si notas que vuelvo a tener este tipo de comportamiento, llama mi atención y recuérdame mi compromiso.”

El solo hecho de verbalizar tu promesa de mejora te ayudará a enfocarte en la tarea y a esforzarte por cumplir.

5. Muestra respeto

Ten en cuenta que es probable que no estés en el mismo momento emocional de la otra persona. Es posible que tú tengas la mejor disposición para disculparte y asumir tu responsabilidad, sin embargo, eso no quiere decir que la contraparte esté preparada para hablar y menos aún para perdonar. 

Por eso, no insistas en abrir espacios de conversación si sientes que no es el momento, sé empática, sé empático, evita forzar las cosas. Si hay apertura para la escucha, simplemente expón tu caso y dale a la otra persona el espacio y la oportunidad de procesar la información.  

Si tus disculpas no son aceptadas de inmediato o sigue habiendo cierta tensión, respeta el proceso. No des por sentado que todo será perdonado. Disculparte puede ayudar a mejorar las cosas, pero reparar una relación cuando se han transgredido los límites y acuerdos, puede llevar algo de tiempo, paciencia y dedicación.

También es importante que en este espacio de respeto, te predispongas a mantener la calma y a actuar con madurez, mientras la otra persona enumera las razones por las que está molesta contigo o hace su catarsis personal. Permítele hablar sin interrupciones.

Recuerda. Igual que perdonar, decir “lo siento” de corazón, es mucho más sanador para quien lo hace, que para quien lo recibe.

¿Estás lista, estás listo, para asumir la responsabilidad sobre tus acciones y pedir disculpas?

Comenta tu experiencia en los comentarios. 

Será un gusto aprender junto a ti.

Autora:

Cristina Navarrete Landázuri (Cris Del Viento)

Coach ontológico y escritora

Fundadora de El Refugio del Artista

Redactora en Axon Training

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2 comentarios


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