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Alto rendimiento: 5 habilidades para alcanzarlo

En este artículo descubrirás 5 habilidades de las personas de alto rendimiento que te impulsarán para alcanzar tus sueños.

Aunque todas las personas atesoramos más de un hermoso sueño en nuestros corazones, son muchas las veces que nuestras ilusiones se quedan guardadas en un cajón, a la espera de que nos liberemos de las tareas y desafíos cotidianos, para darles una oportunidad.

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A veces estamos tan enfrascados en las labores diarias, que podrían pasar años antes de que volvamos a abrir ese cajón. E incluso, podría suceder que olvidemos eso que nos hacía vibrar, para ir por la vida dejándonos arrastrar por la corriente.

Otras veces, aunque tenemos nuestros sueños muy presentes, los vemos tan lejanos que nos dejamos abrumar por esa idea. Pensamos que lo mejor es aceptar que no tenemos las posibilidades y que lo más sensato es conformarnos con lo que nos ha tocado.

Así, con nuestros sueños olvidados y rotos vamos por la vida mirando como otras personas, no muy distintas, con un cuerpo humano exacto al nuestro, a lo mejor un poco más grande o pequeño, cumplen sus sueños, se destacan en lo que aman, son individuos productivos y al menos parecen felices con sus logros.

¿Qué es lo que pasa? ¿Qué hacen ellos distinto? 

La cuestión es que estas personas han cultivado ciertas habilidades y han forjado hábitos que les han permitido avanzar hacia sus objetivos, con todo y los obstáculos, e incluso, convirtiendo las adversidades en trampolines para avanzar.

Muchos estudios se han realizado al respecto, los expertos en desempeño, alto rendimiento y comportamiento humano han encontrado más de un rasgo que los caracteriza. Así que, si quieres mejorar tu desempeño, lidiar con las tareas cotidianas y a la vez avanzar hacia esa visión de futuro inspiradora y extraordinaria, a continuación te comparto:

5 habilidades que debes cultivar para ser una persona de alto rendimiento 

1. Haz lo que odias

Levantarme temprano es uno de los desafíos cotidianos más desagradables que tengo que enfrentar cada día. Nunca he sido una madrugadora, de hecho me parece casi una “tortura china”. Sin embargo, es justamente lo que tengo que hacer si quiero conseguir mi meta más anhelada: recuperar mi salud y vitalidad. 

Si me has leído antes, seguramente sabrás que convivo con una condición de salud bastante debilitante.

La cuestión es que, para mantener mi funcionalidad y mejorar mi calidad de vida, debo ejecutar una serie de actividades relacionadas con el autocuidado que me toman una considerable cantidad de tiempo. Así que, si quiero tener un día productivo, debo empezar al amanecer. 

No todos los días es sencillo. Te confieso que he fallado más de una vez, pero algo que definitivamente ayuda es tener presente mi PARA QUÉ. Al abrir los ojos lo traigo a mi mente, evoco mi visión de futuro, mi razón para madrugar, me veo gozando de esa salud radiante y de esa vitalidad que tanto anhelo. 

¿Te das cuenta? 

A veces los sueños que atesoramos en el corazón, requieren que hagamos ciertas cosas que no son precisamente nuestras favoritas, como:

  • Levantarnos temprano.
  • Hacer ejercicio.
  • Tomar una materia tediosa para graduarnos de la carrera que anhelamos.

Y cientos de pequeñas cosas desagradables que resultan en diminutos pasos hacia nuestra visión.

Por eso, es vital que mires al rostro a todas esas actividades que podrían ser la clave para conseguir tus objetivos y reflexiones sobre lo que quieres lograr.

¿Qué es más fuerte? ¿Alcanzar ese sueño o tu rechazo por esa actividad crucial? ¿Será acaso que la tarea desagradable que estás evitando puede acercarte a eso que tanto deseas? 

2. Neutraliza tus demonios primero

Escribir ese mensaje diciendo que no podrás asistir a la invitación de tu amiga, tener esa conversación incómoda con tu pareja sobre las tareas de la casa, hacer la declaración de impuestos, son cosas que a menudo postergamos hasta el último momento, solo las hacemos cuando no tenemos otra alternativa. 

Lamentablemente, esas pequeñas cosas pueden tornarse en pensamientos incómodos e intrusivos que no nos dejan avanzar en nuestros objetivos, nos quitan la concentración, evitan que tengamos un alto rendimiento y nos roban el tiempo.

Por esa razón, no tienes otra alternativa. Debes tomar las riendas de tu vida y deshacerte, a primera hora de la mañana, de todas las cuestiones que podrían convertirse en una piedra en el zapato.

Como primer paso incluye todos los asuntos en tu lista de pendientes. Sin importar lo minúsculo que parezca el tema, si lo has postergado existe ahí una energía reprimida que puede causar distracción. 

Luego, elige al menos uno diariamente y empieza a desahogar la tensión. En cuanto lo hagas, te darás cuenta de que respiras con alivio y pronto te arriesgarás a enfrentar problemas algo más complejos.

Con el paso del tiempo descubrirás que al neutralizar a tus pequeños y grandes demonios, le abrirás la puerta a la fluidez, el enfoque y la energía para impulsar tus metas más queridas. 

Mujer toma un descanso de la rutina y desahoga la tensión para ser una persona de alto rendimiento

3. Toma acción diaria para tener un alto rendimiento

A veces las actividades cotidianas, como ese trabajo de nueve a cinco que paga las cuentas, el cuidado de la familia, las reuniones y compromisos sociales inevitables, y una que otra dificultad inesperada, nos alejan de nuestros sueños. 

Cuando perdemos el norte, vamos sin rumbo fijo, a la deriva, avanzamos con la vida y dejamos que las circunstancias nos lleven a donde quieran. Aunque tenemos nuestra visión de futuro clara, se va convirtiendo en un lejano espejismo, en el tablero de visión que construimos con entusiasmo hace ya varios años, en una idea que, poco a poco, se difumina en medio del día a día.  

Por eso, la mejor estrategia para no perderte en un mar de pendientes diarios, urgentes y otros distractores, es dedicar al menos 10 minutos diarios de tu vida a realizar una actividad concreta que te lleve hacia tu destino esperado.

Por ejemplo:

Si tu sueño es convertirte en una escritora o en un escritor brillante y vivir de tu arte, incluye en tu agenda un momento, por mínimo que sea, para escribir algunas ideas. Ponte una meta diaria, ya sea en tiempo o en cantidad de palabras. Si no tienes muchos conocimientos sobre creación literaria, dedica ese bloque para escribir unos días y para investigar en otros.

Puedes aplicar ese ejemplo para lo que desees, solo considera: ¿Qué puedo hacer hoy para acercarme a mi sueño, para convertirme en una persona de alto rendimiento, sin importar los desafíos cotidianos?

4. Vuélvete inmune al rechazo

Recibir un rechazo es probablemente una de las peores sensaciones que podemos experimentar como seres humanos. Es tan dolorosa que hasta suele hacerse evidente en nuestro cuerpo como sensaciones físicas.  

Independientemente de los logros que hayamos tenido, el rechazo es algo a lo que todas las personas hemos estado expuestas de una u otra manera, a lo largo de nuestras vidas, ya sea en espacios laborales, profesionales, sociales, académicos o personales. Y definitivamente, nunca se siente bien y pocas veces sabemos cómo manejarlo.  

Por eso, la clave para que el rechazo no te desmoralice ni te aleje de tus metas, es mirarlo como una oportunidad de aprendizaje, pero ¿Cómo hacer eso cuando ser rechazada, ser rechazado, se siente fatal?

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Mujer intenta aceptar el rechazo de la mejor manera

Pues, vamos a ello…

Primero, no lo tomes personal. Cuando alguien nos rechaza o descarta nuestras ideas y proyectos, solemos sentir que es un ataque directo en contra de nuestra identidad, de lo que somos. Más bien, elige mirar la situación con curiosidad y actúa en consecuencia, busca feedback si es posible, si no lo es, evalúa tú misma, tú mismo, las circunstancias y encuentra posibles puntos de mejora. 

Segundo, acepta el rechazo. Date permiso de sentir el dolor, indaga en tus emociones. No trates de evitar lo que te sucede, al contrario, míralo a los ojos y acepta que es doloroso. Si puedes, habla con alguien en quien confíes de lo que te sucede. 

Tercero, abraza el rechazo. Mira a esta situación desagradable como una oportunidad de aprendizaje. Evoca momentos en que el rechazo ha sido lo mejor que te podía pasar, haz un ejercicio de indagación sobre aquellas cosas que podrías mejorar, sobre otras posibles salidas o puertas que puedas tocar. Permite que esa negativa que recibiste se convierta en una ventana hacia nuevas alternativas. 

Finalmente, sigue adelante. Cuando sientas que ha llegado la hora de “tirar la toalla”, no lo hagas, tal vez ese siguiente intento es el que te llevará al lugar que deseas. Si no logras encontrar motivación, acude a las biografías de aquellas personas que jamás se rindieron y gracias a ello cambiaron la historia.

Anímate, indaga un poco sobre las peripecias de Walt Disney y su ratón, sobre J.K. Rowling y Harry Potter o sobre el éxito de los Beatles, te aseguro que te sorprenderá cuántas veces sus ideas fueron rechazadas.

5. Retrasa la recompensa

A veces resulta difícil mantener el enfoque en una tarea compleja de la que veremos resultados a largo plazo, cuando tenemos a la mano tantas distracciones que pueden brindarnos una gratificación inmediata, como por ejemplo, mirar videos chistosos y adorables en nuestras redes sociales o devorar 5 capítulos de esa serie que tiene a nuestra mente atrapada. 

Aun así, es imperativo para el logro de nuestras metas y objetivos que desarrollemos la capacidad de diferir la gratificación. Esta no solo nos proveerá de mayor estabilidad y enfoque, sino que ayudará a la mejora de nuestro desempeño, elevará nuestras competencias sociales y nos alejará de comportamientos autodestructivos.

Aunque existen varios métodos y estrategias para desarrollar y potenciar esta habilidad, te propongo una estrategia para empezar a ser una persona de alto rendimiento:

Plantéate objetivos pequeños enfocados hacia tu gran meta, después de cumplir cada uno de ellos, deja pasar un día, y recompénsate bien. Y, ¿qué quiero decir con esto? Date un premio que resulte mucho más valioso que cualquier gratificación instantánea que te puedas imaginar.

Además, toma en cuenta que la autodisciplina puede ser un hábito difícil de forjar, así que concédete un poco de paciencia y compasión mientras te esfuerzas, gradualmente, por renunciar a esos caprichos de corto plazo, para enfocarte en la consecución de tu visión de futuro.

Ahora que hemos llegado al final del recorrido, es hora de que empieces tu camino hacia el alto rendimiento…

¿Cuál será tu primer paso hacia convertirte en una persona de alto rendimiento? 

Comparte tu experiencia en los comentarios.

Será un gusto saber de ti.

Autora:

Cristina Navarrete Landázuri (Cris Del Viento)

Coach ontológico y escritora

Fundadora de El Refugio del Artista

Redactora en Axon Training

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