Autoaceptación, ¡da el primer paso!

En este artículo podrás explorar el concepto de autoaceptación y sus beneficios, además de hacerte de algunas herramientas para aprender a aceptarte. 

¿Te aceptas genuinamente, tal y como eres, con defectos y virtudes?

Aunque existen personas a las que les resulta muy sencillo aceptarse a sí mismas, hay otras personas que lidiamos con nuestras flaquezas y podemos convertirnos en nuestros peores críticos.

Cuando nacemos lo hacemos en total aceptación de lo que somos. De hecho, no tenemos consciencia de los conceptos de defectos y virtudes, simplemente, estamos en nuestro ser, tal cual es.

Lamentablemente, mientras vamos creciendo, nuestros primeros cuidadores, en lugar de hacer alusión a los comportamientos incorrectos, en muchos de los casos, usaron un lenguaje que aludía a nuestra identidad.

¡Eres egoísta! ¡Usted es malcriada! ¡Eres mentiroso! ¡Eres insoportable!, son algunas de las expresiones que podemos haber escuchado, mismas que, a pesar de no recordar conscientemente, probablemente, calaron hondo en nuestra mente.  

De esta forma, en lugar de hacernos ver el comportamiento como inapropiado, nos transmitieron que nosotras, nosotros, no éramos lo suficientemente amables, educados o lo que fuera, para ser aceptados y debíamos hacer méritos para ser aceptables.

Por eso…

Si fuimos juzgados, dura y constantemente, por todos y cada uno de nuestros comportamientos durante las primeras etapas de nuestra vida, y además, la buena conducta jamás fue reconocida, porque era lo adecuado y no había nada que celebrar, entonces, lo más seguro es que tengamos una fuerte tendencia hacia la autocrítica y descalificación propia.  

Al volvernos autocríticos, tendemos a perpetuar el trato que recibimos en la infancia y adolescencia. En nuestra vida adulta, nos ignoramos, nos culpamos, nos castigamos y sobre todo, nos sentimos inadecuados en nuestro propio ser, lo que fomenta la duda y la inseguridad.

Por eso, es indispensable, que recuperemos esa capacidad de autoaceptación con la que nacimos y que fue golpeada por las adversidades del entorno. Para ello, haremos un viaje a las profundidades de este concepto. 

¿Qué es la autoaceptación?

Si bien existen varias perspectivas sobre el tema, podemos decir que, en términos generales, esta no es más que la capacidad de reconocer y acoger objetivamente, tanto nuestras capacidades y logros, como nuestros errores y limitaciones. Es un estado de aceptación incondicional de nuestro ser. 

La autoaceptación es absoluta, libre de juicios y calificaciones, significa aceptarte incluso con lo feo y “vergonzoso”. No se trata de “arreglar” lo que está mal en ti, se trata de verte al espejo con tus luces y sombras y asumirte con todo lo que hay.

Es un estado del ser que está orientado al presente, nos invita a acogernos en el aquí y en el ahora, sin pasado ni futuro. Esto de ninguna manera significa que nos convertiremos en personas conformistas, resignadas o quemeimportistas, para nada. Al contrario, es el primerísimo primer paso para empezar un camino personal de sanación y crecimiento, que parte desde la completa honestidad, con nosotras mismas, con nosotros mismos.

Algunas veces podemos confundir este concepto con otros relacionados, como pueden ser la autocompasión, la autoestima o el mejoramiento personal, sin embargo, no son lo mismo.

Autocompasión vs Autoaceptación

La autocompasión va de la mano con la autoaceptación y te será de gran ayuda en el camino; a breves rasgos, la compasión es esa capacidad de empatizar con el dolor ajeno y querer aliviarlo de alguna manera, ¿acaso no mereces sentir algo así por ti?

Si quieres profundizar en este concepto y hacerte de una herramienta para nutrir tu autocompasión, pásate por: Cultiva la compasión para contigo, estoy segura de que será de gran ayuda. 

Autoestima vs Autoaceptación

Por otro lado, la autoestima tiene que ver con el grado en que consideramos a nuestras características personales como positivas y deseables. Es abrazar y resaltar las partes más “estimables” de nuestra persona.

En cambio, la autoaceptación es incondicional, no importan las calificaciones ni logros, lo “bueno” o lo “malo”, simplemente, nos permite abrazar nuestra totalidad.

Mejoramiento personal vs Autoaceptación

Por su parte, el mejoramiento personal nos habla de futuro, de arreglar algo que no está funcionando bien, de dejar atrás hábitos nocivos o de optimizar nuestras habilidades y talentos. Y, por el contrario, la autoaceptación es, simplemente, la autoobservación objetiva y compasiva de nuestras debilidades y fortalezas. Esto no quita, que la autoaceptación, sin duda alguna, nos guiará hacia un proceso significativo de crecimiento personal. 

Aceptarnos incondicionalmente actúa como un factor protector a la hora de hacerle frente a las experiencias desafiantes de la vida. Nos hace sentir capaces de afrontar los retos y nos dota de la seguridad suficiente para actuar en coherencia con nuestras convicciones, aún cuando, otras personas no estén de acuerdo.

Por otra parte, la falta de autoaceptación puede resultar en:

• Un debilitamiento de nuestra salud física, mental y emocional.

• Baja autoconfianza y miedo al fracaso.

• Perfeccionismo y autoexigencia.

• Relaciones conflictivas, debido a la inexistencia de límites claros y saludables.

• Un diálogo interno, opresivo, crítico y autodestructivo.

Entre muchas otras cuestiones, para nada deseables. Sin autoaceptación las personas nos desvalorizamos por completo, y esto repercute inevitablemente en todas las esferas de nuestra experiencia vital, en el trabajo, en la familia, en la salud, en nuestro bienestar general.

Ahora, que te has dado cuenta de la relevancia de este rasgo en nuestras vidas, de seguro, quieres saber:

¿Cuáles son las principales características de una persona que se acepta total y profundamente?

Si eres de esas personas…

• Serás capaz de observarte objetivamente y reconocer, sin reservas, aquello que te sale bien y también esas cosas que requieren de ajustes o de incorporar nuevos aprendizajes. 

• Asumirás todas tus facetas, incluso las que podrían parecer insuficientes o desagradables, y te sentirás a gusto contigo.

• Reconocerás tus valores, preferencias, recursos, emociones, pensamientos, acciones y decisiones, tanto pasadas como presentes, sin descalificarte o autoflagelarte. 

• Admitirás tus flaquezas e imperfecciones sin castigarte por ellas ni caer en la autocrítica y desvalorización personal.

• Mantendrás una actitud positiva hacia ti misma, hacia ti mismo, y te tendrás en alta estima, sin necesidad de la aprobación de los demás.

• Te verás como un ser humano íntegro, en lugar de definirte por una sola característica, incidente, habilidad o debilidad.

• Te querrás y respetarás sin ponerte condiciones.

• Te mirarás al espejo libremente, sin tratar de evitar aquellas cosas que podrían parecer fallas, no intentarás explicarlas, mitigarlas o ignorarlas. 

Y, si has notado que no estás totalmente conectada, conectado, con esta forma de relacionarte contigo y con la vida, sin duda alguna, te estarás preguntando:

¿Cómo trabajo la autoaceptación?

La respuesta más sencilla para esta pregunta sería: “no tienes nada que hacer, nada, solo acéptate tal como eres y listo, no hay otra forma”. Sin embargo, sé que aceptarnos incondicionalmente es mucho más complicado que eso. Por esa razón, a continuación te comparto 5 ejercicios que te serán de utilidad en esta tarea:

1. Acepta las cosas como son

Simplemente, admite que has vivido tratando, constantemente, de demostrarle tu valor a otros, que te importa lo que aquellos que amas piensen de ti, que, aunque lo hagas consciente o inconscientemente, aún estás tratando de ganarte el amor “condicional” de todos los que te rodean.

Puede resultar algo fuerte, por eso, requerirás de una buena dosis de compasión, paciencia y voluntad para empezar en este camino. Reconocer las circunstancias tal como son, es el primer paso para abrir las puertas a nuevas condiciones y situaciones.

Explora, preferiblemente por escrito, las situaciones en que te has visto inmersa, inmerso, debido a esta falta de autoaceptación, mírate con amor y ten presente que en cierta medida eres inocente de lo sucedido, pues, hiciste lo mejor que pudiste, con los recursos con los que contabas en ese momento.

2. Mantén un diario personal de aciertos y desaciertos

Crea una bitácora personal para hablar sobre lo que te pasa con respecto a aquellas cosas que te cuesta aceptar. 

Durante los primeros días, haz una exploración sobre todo lo que piensas que eres, haces o tienes. Ya sea que te parezca bueno o malo, habla sobre ti como si hablaras objetivamente de un personaje de ficción.

Habla de los errores y aciertos del pasado, de tu situación presente, e incluso, de las expectativas del futuro, de cómo te sientes al mirarte al espejo, de tus fortalezas y debilidades. 

Hablar en tercera persona te ayudará a distanciarte emocionalmente de los sucesos y podrás describirlos con mayor fluidez. 

Una vez que hayas concluido la historia de tu personaje, vuelve a leer lo que has escrito. Localiza aquellas cosas con las que aún te cuesta lidiar y trabaja en ellas, reflexiona:

• ¿Qué es lo que no acepto de mí? ¿Y del suceso en particular?

• ¿Hice todo lo que estaba en mis manos?

• ¿Utilicé todos los recursos que tenía disponibles en ese momento, para hacerle frente a la situación?

• ¿Pude haber hecho algo más al respecto?

• ¿Cómo actuaría hoy si se me presentara la misma situación?

Estoy segura de que ya se te ocurrieron más preguntas que te permitirán ver las cosas con mayor claridad, ser menos implacable contigo y hacerte de una caja de herramientas para el futuro.

Además de resolver las interrogantes del pasado, lleva este diario a todas partes, registra las situaciones que te hagan sentir inadecuada, inadecuado, y luego, cuando tengas un momento, examina lo sucedido con detenimiento.

• ¿Encuentras algún patrón?

• ¿Te has sentido igual en el pasado?

• ¿Qué es lo que te ha impedido actuar en coherencia con tus valores?

3. Establece límites saludables en todos los ámbitos de tu vida

Revisa tu relación con las personas que te rodean:

• ¿Eres capaz de establecer límites saludables?,
• ¿Expresas claramente lo que te gusta y te disgusta?,
• ¿Dices que sí, cuando quieres decir que sí, y no, cuando quieres decir que no?

Es importante que mires dentro y te asegures de que estás actuando desde un lugar de coherencia y respeto para contigo misma, para contigo mismo. Si no es así, deberás tomar valor para empezar a poner las cosas en claro desde el amor y la consideración, para contigo y para con los demás. 

Si sientes que poner límites saludables y decir que NO cuando es necesario te resulta un verdadero desafío, no dudes en acudir a esta nota: Aprendiendo a decir que NO

4. Mírate al espejo

Muchas veces las cosas que nos atormentan, no son precisamente nuestros errores o malas decisiones.

Vivimos atados a las voces del pasado o a los estándares sociales que nos gritan: “eres muy gorda”, “eres muy pequeño”, “eres muy morena”, “eres demasiado alta”, “eres feo”, “tu nariz es muy grande”, o lo que fuera, y eso nos impide apreciarnos íntegramente. 

Al respecto de esto, puedo hacer una larga reflexión filosófica sobre la subjetividad de los parámetros estéticos, las exigencias de la sociedad, e infinidad de cuestiones que le servirían a tu parte racional para comprender el fenómeno. Pero la realidad es que este tipo de dolores están incrustados profundamente en nuestro mundo emocional y, por lo tanto, necesitamos tomar otras medidas para superar este bache.  

Para realizar este ejercicio vas a necesitar tener a mano un espejo, preferiblemente de cuerpo entero. Si no lo tienes, cualquier tamaño te servirá. 

Mírate a los ojos, apenas te levantes, sonríe y di en voz alta: “Yo te amo, te respeto, te perdono y te acepto, tal y como eres”.

Al principio, puede ser algo incómodo y hasta ridículo, de hecho, puedes sentirlo falso o forzado, pero no permitas que eso te detenga. Continúa, hazlo a diario, con el tiempo sentirás que tu cuerpo se relaja y tus ojos te miran dulcemente.

Luego, date un saludo alentador, “choca los 5” con tu imagen en el espejo, date un “pulgar arriba”, abrázate fuerte, o haz algún gesto que para ti signifique que vas a estar bien y tener éxito en tu jornada.

Sigue con tu rutina de la mañana. 

5. Abunda en refuerzos positivos

Para aportar a esta nueva visión sobre ti misma, sobre ti mismo, que quieres incorporar, debes bombardearte con los estímulos correctos, y así, contrarrestar todo lo que lastimó tu valía personal en el pasado.

Por eso, tu siguiente tarea será, escribir en papelitos adhesivos, afirmaciones no solo alentadoras, sino tranquilizantes, y pegarlas por todos lados. El espejo del baño, el refrigerador, a un lado del ordenador, todo se vale… incluso puedes crear recordatorios en tus dispositivos electrónicos, nada es demasiado. 

Te sugiero algunas frases que pueden funcionar, para que te sirvan de inspiración:

• “Yo soy suficiente”,
• “soy perfecta tal como soy”,
• “yo me acepto con mis luces y mis sobras”,
• “tengo permitido cometer errores y siempre aprendo de ellos”,
• “yo merezco respeto”,
• “soy una obra de arte en construcción y en constante mejoramiento”,
• “yo soy mucho más que mis circunstancias”.

Hemos llegado al final del camino. Seguro, ya no puedes esperar para empezar tu viaje de regreso a la autoaceptación, así que, sin más que decir, lo dejo en tus manos…

¿Cuál es el primer ejercicio que incluirás en tu día a día para trabajar tu autoaceptación?

No dudes en compartir tu experiencia en los comentarios.

Siempre es inspirador leerte.

Autora:

Cristina Navarrete Landázuri (Cris Del Viento)

Coach ontológico y escritora

Fundadora de El Refugio del Artista

Redactora en Axon Training