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Nonflict: el arte de gestionar los conflictos con gracia

En este artículo descubrirás cómo el método Nonflict puede ayudarte a gestionar situaciones conflictivas y mejorar tus relaciones en todos los ámbitos de la vida.

¿Qué pasa por tu cabeza cuando piensas en la palabra conflicto? 

Dependiendo de tu experiencia personal e incluso profesional, tendrás una mirada diversa sobre esta curiosa palabrita.

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A lo mejor piensas en pelea, guerras, dificultad, enfrentamiento, incomodidad, tensión, distanciamiento, o quizá, consideres que es una característica propia de las relaciones humanas; algo con lo que debemos lidiar para mantener vínculos armoniosos; o una cuestión inevitable cuando existen diferencias. 

Stephen Hecht y Amir Kfir, cofundadores de la ONG Million Peacemakers (Un millón de pacificadores) y creadores del método Nonflict, plantean que un conflicto se presenta cuando una o más perspectivas entran en contacto con la otra. Es una situación que no es mala ni buena, simplemente, nos pone frente a la oportunidad de mirar y resolver nuestras diferencias.

Estos pacificadores ponen a nuestra disposición una herramienta que, tomando los mejores elementos de disciplinas como la psicología positiva, la PNL (Programación Neurolingüística), la imago terapia, el coaching, el mentoring y la neurociencia, entre otras, nos guía en la resolución pacífica de conflictos.

¿Te gustaría conocer el método Nonflict a fondo?

Si tu respuesta es sí, ¡vamos a ello!

¿Cuáles son los conceptos básicos que sostienen la metodología Nonflict?

Antes de entrar de lleno a la aplicación del método Nonflict, es importante que tengas claridad sobre los principios que lo sostienen. Por ello, te compartiré una breve aproximación a 6 nociones indispensables para ponerlo en marcha:

1. Escucha Activa

Escuchar activa y genuinamente no es más que poner atención efectiva a lo que la otra persona dice, con sus palabras, sus gestos, su cuerpo y sus emociones.

Aunque se dice fácil, resulta mucho más complejo en la práctica. Pues, desde los primeros años de infancia, por lo general, se nos enseña la manera correcta de expresarnos, pero difícilmente se nos prepara para escuchar. 

Observamos, a menudo, que los adultos a nuestro alrededor no se escuchan ni nos escuchan genuinamente, solo se escuchan para responder, refutar o defenderse. Entonces, ¿qué experiencia podemos tener en este arte? No mucha, ¿verdad?, por eso, hoy está en nuestras manos adultas el cultivarlo.

Este enfoque nos invita a disponernos a escuchar a la otra persona, desde un lugar de atención plena, fijando nuestro compromiso en el momento presente, pero ¿cómo hacerlo?

Primero, poniendo especial atención en mantener el contacto visual, lo que te ayudará a establecer un vínculo de confianza y evitará que los estímulos externos te distraigan de tu objetivo. 

Segundo, procurando un espacio silencioso y tranquilo que propicie el diálogo y te permita escuchar claramente.

Tercero, yendo a la conversación con actitud de mente abierta, consciente de que, inevitablemente, existen diversos puntos de vista sobre una misma situación.

Cuarto, predisponiendo nuestro corazón a ponernos en los zapatos del otro, a quitarnos nuestros propios zapatos y a asumir que la contraparte también tiene una intención noble y positiva, desde su punto de vista.

Si quieres sumergirte más a fondo en el desarrollo de esta habilidad, no dudes en pasarte por: Profundizando en la maestría de escuchar activamente, esta nota de seguro te aportará mayor claridad. 

2. Parafraseo

Parafrasear no es más que la acción de reflejar, como un espejo, lo que la otra persona ha dicho y verificar tu escucha mediante la repetición del mensaje que recibiste, utilizando, en lo posible, sus propias palabras y evitando al máximo contaminarlo con tus interpretaciones. 

No se trata de repetir como un lorito lo que oíste, es acerca de hacer un esfuerzo por captar la esencia de lo que dice el otro y reafirmarlo, para que de esta manera la otra persona vuelva a escucharse, confirme que se entendió lo que quería transmitir y sepamos que todas las partes estamos en la misma página.

Además, el parafrasear también es una forma de validar al otro y darle a entender que nuestra completa atención está en el diálogo.

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Compañeros de trabajo utilizan el parafraseo para potenciar su escucha activa

3. Esquemas conscientes e inconscientes

Otro punto importante a la hora de poner en práctica el método Nonflict es tener en claro que todas las personas tenemos sesgos sobre lo que es la realidad, que dependen de factores como, la cultura en la que nos criamos, nuestras creencias, personalidad, valores familiares, experiencias personales, e incluso, nuestra condición emocional y física.

Ya sea consciente o inconscientemente, todos tenemos prejuicios y preconceptos, que de una u otra forma, condicionan nuestras reacciones, pensamientos y comportamientos. 

Por eso, cuando nos disponemos a conversar con otro ser humano, debemos tener presente que este individuo frente a nosotros es mucho más de lo que ven nuestros ojos.

4. Tipos de resolución de conflictos

Aunque este acápite podría formar parte de nuestros sesgos personales, desde el punto de vista del método Nonflict, resulta fundamental resaltar que cada persona tiene una forma particular de reaccionar frente a la posibilidad de un enfrentamiento.

Hay quienes optan por evitarlo a toda costa, huyen de la confrontación y procuran mantenerse al margen de todo lo que les resulte problemático. La dificultad con este estilo de resolución es que es un remedio momentáneo, que puede resultar contraproducente y empeorar las cosas a largo plazo. 

Por otro lado, existe quien prefiere hacer uso de la fuerza, ya sea física o psicológica, para tomar el control de las situaciones y lograr su cometido. Esta forma de enfrentar las cosas trae como consecuencia que haya ganadores, perdedores y sentimientos asociados que no contribuyen a mejorar las relaciones. 

También están esas personas que habitualmente ceden ante el conflicto, para evitar mayores problemas. En este caso, igual que con la fuerza, siempre está el que gana y el que pierde. Aquel que cede se va de la contienda con un mal sabor de boca, que tampoco ayuda en nada.

Así mismo, están quienes gustan de las soluciones salomónicas, los que piensan que un arreglo de 50/50 no está tan mal. Sin embargo, esta solución suele resultar igualmente frustrante para las partes, y aunque podría parecer un ganar/ganar, en realidad oculta un grado de insatisfacción a largo plazo que traerá nuevas controversias. 

Y, ¿cuál es la mejor solución según el método Nonflict?

La cocreación, desde la mirada de los autores de este enfoque, es la más saludable para resolver las dificultades a largo plazo. Esta manera de afrontar las cosas procura que no haya perdedores, todas las partes deben ganar en alguna medida.

Ten presente que todas las formas pueden ser útiles y efectivas dependiendo del problema al que nos enfrentamos, la relación que nos vincula, el poder que tenemos sobre la situación y el tiempo con el que contamos para resolverla. Sin embargo, la cocreación siempre será la opción más aconsejable si queremos lograr resultados significativos en el largo plazo.

¿Cuál crees que es tu estilo dominante? 

5. Comunicación constructiva

Este tipo de comunicación es la base para lograr acuerdos compartidos y acercamientos efectivos, desde la compasión, el respeto mutuo, la validación del otro y la empatía.

Los cimientos de este estilo comunicacional son:

  • Escuchar sin juzgar;
  • hablar sobre lo que sentimos desde un lugar de responsabilidad, sin culpabilizar o acusar;
  • entender nuestras necesidades y expresarlas con asertividad;
  • y hacer peticiones claras, concretas, con un lenguaje generativo, hablando de lo que sí quiero que pase.

Describir objetivamente las acciones que te causan incomodidad, sin hacer juicios de valor o interpretar, permiten abrir las puertas al diálogo.

Usar frases como “yo siento…”, “yo necesito…”, “yo pienso…”, pueden resultar útiles para describir lo que te pasa sin culpar a las circunstancias o a los demás.

Modificar nuestro estilo de comunicación puede ser desafiante, para hacerlo más sencillo, puedes leer: 4 claves para una comunicación no violenta. Allí encontrarás más detalles y las pistas necesarias para empezar el viaje.

6. Visualización

La visualización es la práctica de imaginar algo que no tenemos a mano en el momento, algo que queremos conseguir en el futuro o una posible consecuencia de nuestras acciones, como si fuera realidad hoy. 

Para que resulte efectiva debemos involucrar a nuestros 5 sentidos, e incluir la mayor cantidad de detalles que nos sea posible. 

Este proceso entrena al cerebro para que responda como si el resultado visualizado fuera cierto en el momento presente y puede impulsarte a cumplir tus metas, resolver problemas e incluso mejorar tu salud y desempeño profesional.

Para efectos del método Nonflict, visualizar será de mucha utilidad a la hora de tomar conciencia de los posibles escenarios y consecuencias alrededor del conflicto que se aborda.

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Mujer usa la visualización para tomar conciencia las distintas posibilidades

¿Cuál es el paso a paso del método Nonflict?

Este método cuenta con tres pasos que pueden ponerse en marcha a la hora de gestionar cualquier tipo de discrepancia o incompatibilidad, ya sea en el ámbito personal o profesional.

Toma en cuenta, que para que la metodología Nonflict tenga éxito, debe haber un mínimo de voluntad de las partes para resolver el asunto y cocrear soluciones que funcionen para todos los involucrados.

(Dedica un tiempo y un espacio adecuados para su aplicación) 

Paso 1. Entenderse a uno mismo y a la otra persona

Este paso implica poner en marcha nuestras habilidades de reflexión, autoconocimiento, empatía, comunicación y escucha. 

Esta etapa nos servirá como base del proceso. Pues, en ella podremos identificar los esquemas de interpretación propios y ajenos, conocer al otro y reconocernos a nosotras mismas, a nosotros mismos, además de ejercitar nuestra capacidad de empatía, vulnerabilidad, honestidad, respeto y escucha activa.  

Vamos al proceso:

Comparte tu visión del conflicto respondiendo a estas preguntas:

  • ¿Cuál es el conflicto?

Limítate a explicar en tus propias palabras los hechos comprobables, sin juicios ni interpretaciones, de aquello que consideras está causando la controversia.

  • ¿Cómo me hace sentir?

Habla de las emociones que te dispara la situación, desde un lugar de responsabilidad. Recuerda: “yo siento…”

  • ¿Qué es lo importante sobre este conflicto para mí?

Conversa sobre tus valores, aquellas cuestiones no negociables, lo que resulta vital para ti, las cosas en las que crees.

La otra persona parafrasea y pregunta:

  • ¿Te he entendido bien?

Si la persona logró capturar la esencia de tu mensaje, pasará a la siguiente, si no continuarán hasta tener la idea perfectamente clara.

  • ¿Hay algo más que quieras decir?

Esta pregunta permite que salgan a la luz problemas asociados.

El parafraseo y las preguntas asociadas deben repetirse hasta que no quede nada pendiente. Una vez que hayas expuesto tu caso, cambiarán de roles y tú escucharás.

Paso 2. Entender la realidad compartida

En este momento, tú y la otra persona dialogan juntas sobre la situación, procurando responder a las siguientes interrogantes:

  • ¿Cuáles son las causas subyacentes del conflicto? ¿Cuál es su verdadero origen? ¿Cuál es el motivo profundo que nos lleva a este desafío?

La intención de estas preguntas es encontrar el conflicto real que está detrás de lo que sucede, identificar y separar los síntomas de la causa original.

  • ¿Qué funciona bien para nosotros? ¿Qué apreciamos el uno del otro? 

Al pensar en lo que sí funciona, volvemos nuestra mirada hacia un lugar de posibilidad y armonía. Utiliza la visualización para traer a la memoria las cosas que están bien y las emociones que las acompañan, luego responde.

  • ¿Cuál es el peor escenario posible, si no logramos resolver este asunto?

Visualizar las consecuencias y emociones antes de contestar nos permite tener una perspectiva clara de lo que podría suceder si no llegamos a un acuerdo.

Paso 3. La Cocreación para resolver conflictos según el método Nonflict

Ahora que existe claridad sobre lo que realmente sucede, ha llegado el momento de trabajar en una visión compartida. Para ello tendrán que resolver conjuntamente estas dudas:

  • ¿Cuál es el mejor escenario posible?

Visualizar y describir en detalle todos los escenarios posibles que cada persona logre imaginar, y lo que sentirá con respecto a ese resultado, es la mejor manera de afrontar esta cuestión.

  • ¿Qué obstáculos podríamos encontrar para lograr ese escenario deseado?

Al poner la atención en los obstáculos que pueden aparecer en el camino, tendremos mayor precisión sobre aquellas cosas que están dentro de nuestro control y aquellas con las que deberemos convivir a la hora de crear un plan de acción.

  • ¿Qué podemos hacer con los obstáculos que están bajo nuestro control?

Esta pregunta nos permite preparar nuestros recursos para enfrentar aquellas cosas que sí están dentro de nuestro círculo de influencia.

  • ¿Quién hará qué y cuándo?

Generar un plan de acción, garantizará que nuestro deseo de hacerle frente a esta situación se materialice en acciones cotidianas, seguimiento periódico y responsabilidad compartida.

¿Te animas a poner en marcha el método Nonflict?, ¿cuál será la primera situación incómoda a la que le pondrás punto final?

Anímate a compartir tus impresiones en los comentarios.

Siempre es un placer leerte y aprender en comunidad.

Autora:

Cristina Navarrete Landázuri (Cris Del Viento)

Coach ontológico y escritora

Fundadora de El Refugio del Artista

Redactora en Axon Training

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